domingo, 11 de octubre de 2009

Los pensamientos ocupan un espacio en el territorio de la inconsciente. Un recuerdo que se ocupa de mantenernos lejos de la irrealidad, de ser capaces de serles fiel a la tierra... A la normalidad.

Los pensamientos rebotan en el palpitar continuo del pensamiento, se hacen ver cuando nadie quiere observarlos, se retan entre ellos queriendo encontrar lo correcto y se evaden para no enfrentar el lamento.

Los pensamientos agonizan, sonríen, caen, observan detenidamente como el cielo brilla en su ausencia, como las estrellas dicen ser hermosas sin buscarle el refugio a la luz... Sin tomar en cuenta que la belleza es solo un término para definir lo indescriptible.

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