martes, 29 de diciembre de 2009

4901.-

Te refresco la memoria
luego de tanta acción elocuente
de rasgos infinitos de cordialidad.

Quizás la tardanza es espera
y entre tanta absorción de recuerdos
no hay más que hacer que verme abatida
en los brazos que no esperan.

Ahí, inmóvil no hay que agregar comentarios
solo dejarse llevar por la emoción.
¡Húndete! Si es lo que realmente quieres
no me dejes compartir una vez más contigo.

¿Te lo dije?
Jamás fui capaz de pronunciarlo;
no es que la palabra cause miedo
es que cuando duerme no hay quien la despierte,
termina vacía, en tus sábanas encantadas
en el rubor de tu alma.

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