jueves, 25 de marzo de 2010

"Prendí una fogata en la orilla de mi vida, creí fundamentar mi estadía en el paraíso, pero, las dudas no resuelven mentiras... Todo quedó tirado al lado del océano profundo de mis ojos. Sentí su latido tan fuerte, tan cerca, que los kilómetros que nos apartaban se hicieron pasos; jamás entendí cuál era el propósito de tanta nubosidad, que no importa la niebla los caminos se ven igual. Irradié de encantos mi imaginación, pero, no encontré asiento en primera fila para usted"

viernes, 19 de marzo de 2010

Lloraste lo suficiente
no hay más lágrimas
para ver caer.

No me pidas perdón
solo necesito tu adiós.

1561.-

¡Mírame!
Lo sé, nunca fui lo que esperaste
pero esperar no es verbo
ni situaciones vanas.

Sé que me miras, pero
realmente no me ves
no te acostumbres a creer
la realidad soy yo
la ilusión lo eres tú.

Puedo mirar tu mente
sentirme absorbida por tus ojos
pero no tengo grandes medidas
tu cuerpo me lo dice todo.

¡Háblame!
No estoy sorda
aún sigo siendo la de siempre
no me culpes por no querer
pero que conste siempre te querré.

No has dicho te quiero
y yo no he querido pronunciarlo.
Quizás no lleguemos a ningún punto
quizás todo lo que vivimos
se volvió un nudo...

En la garganta
en mí... pero
jamás en ti.

No puedo descifrar
lo que tu mente ha de callar.
Fue un profundo no
lo que la lluvia dispersó.
Eres la magia que entró a mi cuerpo
la sonrisa perfecta, el sabor suave
brisas pequeñas, vida eterna.

miércoles, 17 de marzo de 2010

- Hola hermoso pajarito, ¿Cómo estás? - Puede sonar confuso, pero así es. Traté una vez más acongojar el sonido denigrante de su soledad. Te lo diré: No pude hacer mucho.

"El canto se refleja en la parte más tímida de su rencor, hubo polvo que no se quería esparcir. Él en su espacio no pudo gritar... Me dijo adiós, yo no supe volar"
¿Qué más hay que hacer?

No me pidas perdón.

Hace tiempo, me fui.

Querida Vida:

"¿A dónde nos fuimos a encontrar? La luz no rebota en el blanco de mis ojos, se terminó hundiendo en la felicidad constante, en el ritmo palpitante... En nuestro por qué"

Quisiera dar previo aviso, inundar mi mirada en donde la situación no lo merite. Tantos cambios, tantas palabras que tirar en vano; llegamos a ningún lado. Puede ser que la situación se torne confusa, que el dolor sea tan pequeño que no se pueda sufrir, pero, entre tanta equivocación y tanto chisme de por medio no hay por dónde perder el sentido de la relatividad.

Ayer, ayer todo era como pensamos que era, ¿No? Quiso tender mi cuerpo en la suave brisa que acaricia el alma como propiedad. Hizo de mi cuerpo el sutil esfuerzo de querer tentar lo que no se ama por completo: ¿A dónde se supone que me tenía que dirigir?

¡Ah! Recién entiendo. Se me había olvidado un poco la razón de nuestros caminos: Usted dirige, yo práctico.
¿Cómo podemos vernos? Si cuando más necesité de usted lo que menos tuve fueron respuesta, no le estoy alegando... Solo digo, solo digo que me asusté de no tener que decir, caí una vez más y no sé como parar mi cuerpo desvalido, mi situación perdida... Mi mente naufraga.

"Nunca quise hacer daño, solo quería probar la vida como usted quiso que lo hiciera. No le pido respuestas, solo necesito señales de vida... Fotografías pequeñas"

Usted me vio sentada en la pared que involucraba mi parte más ínfima de no creer. Quise hacer caso a la ironía, plantear mi punto de vista, soñar un rato... Aunque suene extraño.
Jamás la vi como la única que podría hacerme reír, usted es mucho más que eso... ¿No?

Sí, conocí y me interpreté en aquél personaje, me dejé llevar por su filosofía, por su manera de ser... Tan única. No necesité más que simples conversaciones para sentirme aferrada a su sonrisa, para tener algo que apreciar cuando todo se va.

Querida vida hay momento para todo, usted me lo enseñó. No necesito tiempos para tener que ver como las cosas vuelven, caen, se paran, etc. Lo único que necesito es a usted en sí para reír una vez más.

La de siempre y para siempre...

LiteraturaNegra.-

Abundante silencio.-

Extraño caminar
posar mis pies en tu humildad
sentir la brisa que entre dientes
me hace sonreír a la deriva,
a la deriva de mi cuerpo
del sentir lejano...

Si bien es cierto, no sé a dónde ir
pero, el lugar encontrará mi destino
y no tendremos que hablar.

Las conversaciones se vuelven ajetreadas
vacilantes ante la espera de un por qué.
Nunca dije que había que temer
pero, el miedo como sentir
me sabe sonreír.

Extraño la vista
la vista llena de colores
de lugares sombríos.
Situaciones que llegan a ti
y sin querer, no te dejan ir.

Iluminó el vacío
mi recuerdo más débil
la fortaleza se volvió risueña.
Mi cuerpo no está para verme,
para verme alzar las manos
una vez más.

Dije que no había sonrisas
donde la obscuridad reinaba
pero, el pasado se presenta
en el cúmulo de miradas
que sin acuchillar
te comen el alma.

4781.-

lunes, 15 de marzo de 2010

Tiempos azules.-

Fue en una época en que desojé mi cuerpo en el olvido. Quise observar mis ganas desde el más allá, pero la contemplación que creí única era increíblemente normal.
Puse mis pies en la tierra un tiempo sin debatir con mi alma, le dejé pedazos de miga a mi cerebro para que disfrutara del exterior un tiempo; se fue con ello sus ganas, sus recuerdos... Me dejó deshecha en el miedo.

Me acostumbré a huir; de la gente, del pasado, el futuro, de todo. Y congelé mi vacío para sentirme viva un tiempo, como bien sabrás lo que fue una gran función se convirtió en polvo.
Siempre quise decir tanto, me dediqué a callar y hoy me veo en el espejo y no sé que decir... No me puedo hablar creyendo que todo irá bien, que el tiempo entenderá lo que jamás pude hacer. No es tan difícil querer... ¿Por qué siempre fue un deber más que un querer?

Otro día más en la monotonía que no me hace sonreír... Otro tiempo más en la estúpida ironía de no saber que hacer y tender mis manos al destino. ¡No! No quiero más, no quiero seguir soñando cosas, no quiero seguir aquí esperando a que las cosas simplemente tengan que ser.

Querido Dios no te doy la oportunidad de controlar mi vida ni de mejorarla. ¡Déjame tranquila!
Ya no sé que decir, no más que agregar. No sé que hacer, a dónde ir... He caído dormida en las hojas turbias de mi sentir, en el recuerdo obscuro de no saber vivir. No quiero aprender...

Me quiero ver caer.

2233.-

Llegaste,
me inundaste de sonrisas
me hiciste creer
apareciste ahí, solo ahí.

No hiciste mucho
no haces mucho
pero tiendes a marear mi sonido
y hacer mi voz dulce
(una dulzura anónima)

Hiciste mis brazos tambalear
mis amarguras marchitar
sin presumir, sin alentar
supiste observar lo que nadie
quiere mirar.

Te veo seguido en el módulo de mis ojos
acostado al lado de mi alma
hablando de las locuras de la vida
que separados vivimos
juntos compartimos.

Eres todo lo que quise (?)
No, eres todo lo que no imaginé
y entre imaginaciones baratas
el mejor precio lo llevas tú.
Ella quiere caer.
Ella quiere correr.
Ella no necesita alguien
para sonreír...

Pero, ahí está la mentira en la verdad.

martes, 9 de marzo de 2010

Desconocido.-

Llegaste con nada en tus brazos, con tu sonrisa luminosa, con temores escondidos y con palabras que unir.

Me miraste, y sin hablar dijimos más que en conversaciones eternas. No pude ver mal en ti, aún no puedo. Te tengo aferrado a mi locura, a mis sentidos como el parche que une mis temores con mis asombros. Sin decir casi nada, dijiste tanto que lo único que tuve que objetar eran mis encantos.

Seguiste allí y lo sigues estando, sin conocernos, sin saber del otro... La conección se asoma y no hay como detenerla.
Pensar, pensar y seguir sintiendo, es como devolver mi vida a cuando la seguridad triunfaba, a cuando el temor era poco, no era nada... Sin mucho tiempo, hiciste demasiado.

Necesito una mirada más y me quedo en tus ojos... Estancada.

3158.-

Esperé demasiado
con frialdad en los ojos
lágrimas perdidas
caricias vacías.

¿Quién sabe cómo jugar?
Las reglas no quisieron partir
y entre tanto acierto
no hay error común.

Terminé cayendo
en la decepción colonial
en el perfume que huele mi sentir
sin aviso previo
te vi ir.

Quizás, en su tiempo lejano
no haya olvidos que temer
ni razones para no perdonar
pero, todo en un tiempo lejano
sabe olvidar.

Sin nada más que agregar
no quise verme feliz
con raciones de desilusión
me despedí.

Como piedra en el corazón.-

No creo haberlo dado todo, solo mi conciencia sabrá cuál es la respuesta... ¿Mientras tanto? No puedo sonreír.

Hubo un tiempo, situaciones que completan mi ignorancia como la fría mirada de quien se entierra en el pasado, en situaciones que vuelan en tus ojos, en el iris incompleto... En lo mío.
Nunca me sentí completa, no sé qué significa completo. Tengo tanto que hacer que a veces no le dejo tiempo a mi ironía, al poder me lleva a aquí, a quien se interpreta como la única persona con la que logro hablar, sin problemas... Sin incomodidad.

Como un ángel puedo tener lo que sea, pelear por nada, intentar vaciar mi alma. No me dejaste tiempo para solicitar ayuda ni para enmendar errores que cuestan más que la vida propia. Necesistaste tanto y no supe darte lo que querías... Cuando todo cayó, no quisiste susurrar; preferiste huir.

Lo sé, es mi culpa. Lo sé, no hubo mucho que decir. El tiempo habló más que cualquier otro personaje en la encrucijada que nos tenía mirándonos a los ojos con amor y odio. Lo sé, hubo un tiempo en que todo lo que pudimos ser se convirtió en polvo y no quisimos revivirlo; por culpa, por pena, por orgullo quizás.

No tengo más respuesta, no más gritos que hablen más que la voz. Dijiste tanto y me dejaste ir en corto plazo. Siempre te tuve, siempre necesité de ti y ahora que no estás ¿Hacia dónde debo ir? Que cada palabra que se mantenía firme a la situación era el pedestal que afirmaba mi cuerpo, sin ti, me quedé allí, cerrada ante los ojos de quien no puedo mirar.

Sí, lo admito: Jamás me sentí conforme, con nadie, con nada ni conmigo.