domingo, 3 de octubre de 2010

Nueve letras; dos personas.

¿Cuánto llevamos en la misma historia? Bastante. Tanto que aunque sea costumbre tiene el mismo sentimiento. Si hablamos de extrañar, somos expertos.

No recuerdo aquel día: el primer día que hablamos, el día en que te conocí. Era una niña, tan pequeña que la memoria no estaba ni cerca de mí. Crecí a tu lado, entre comillas. No sé cómo, ni sé por qué, pero he vivido extrañándote, esperando a que llegue el momento para vernos sonreír de nuevo y acordarnos de historias tan infantiles como idiotas.

Si lo piensas bien, o quizás de la misma manera que yo; es extraño todo esto. Vivir constantemente pidiéndole a la vida que te tenga cerca de lo único que te reta, te alegra, te estima, te apoya, pero no te juzga. No se trata de extrañar, se trata de saber vivir.

Pero sigue siendo extraño como el universo conspira sobre todas las personas y a ti te desvela sin saber nada, preguntándote todo y mirándote de a poco reír, a tiempos volar con solo pensar que en algún momento todo volverá a ser irreal. Te extraño es poco.

Me has visto llorar inútilmente millones de veces, has estado creyendo en lo único que yo no puedo creer: en mí. ¿Cómo puedo tirarte lejos si eres casi lo único que tengo? Pues digo casi porque sé que no eres lo único. Sino lo mejor.

En memorias inauditas y en recuerdos fugaces comprendimos hace tiempo que había una frase eterna y hermosa que nos unía como lo único que podíamos ser, nada más. Porque lo entendemos todo para aquellos que no comprenden que es amar.

Si te he visto reír, si te he visto llorar de la misma manera en que me has visto a mí caer y sobre ponerme. Aunque te necesite siempre, te extrañe todos los días; te amo más que a cualquier estrella que se detenga en mi constelación. Has vivido años allí y aún no te vas, aún no te quieres ir.

¿Te acuerdas cuándo pensamos que iba a costar encontrar a alguien que reemplazara aquella imagen? Teníamos razón. Te veo en cada parte a la que voy, me detengo y aunque sé que allí no estás, te siento igual. Y aunque amaría encontrar una persona como tú, alguien que me enseñe a soñar y no me detenga a mitad de camino. Me encanta que seas la única persona que puede lograr eso.

Tenernos cerca no es fácil, pero has encontrado la manera de cortar los kilómetros y saludarme todos los días aunque no te encuentre. Porque sabemos que en el recuerdo la gente vive más cómoda que en plena sociedad. Si hay algo que he amado en mi vida es que tú hayas aparecido tan de repente, sin acordarme, tan fugaz.

Porque no dudo que en algún momento volveremos a reír y a soñar. Yo pegada a tu hombro y tu fiel a mi manera de ser. Porque sí, te amo; de una manera inaudita, sincera y hermosa. Porque siempre hemos sido más amigos y hermanos que cualquier otra cosa. Ambos sabemos que amar no es cosa de parejas, de eternos besos y frases exageradas.

"Aquella vida que nos comprende en tiempos vanos, a seguidillas del destino que camina dormido en medio de la nada. Si tu estás vivo no es por mí, sino por ti, pero he aprendido a vivir gracias a ti. Si el tiempo se acostumbrara a nuestra manera de ser tan irracional, tan inaudita. Te extraño no es nada, te extraño lo es todo y es mi frase favorita en estos tiempos tan absurdos"

Te extraño.

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