lunes, 28 de noviembre de 2011

El abrazo consumido de aferrarte a mi alma
caer los dos en el mismo infinito.

No necesito de tus palabras
necesito de tu presencia ausente
de tus marcas desangradas.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Tu extraña manera de ser tocó mi estúpida manera de sentir.

Pieza de teatro.

Se quedó dando vuelta la locura y el trastorno innato de la soledad. Puso un pie en la página final del libro sin leer el clímax, juntó un par de amigos en su momento para recrear el sinfín de palabras que recorrían cada espacio de esas hojas.

Imaginó que el clímax no lo era todo y sólo montó. Se quedó trabado en los tantos juegos que solía jugar cuando chico, no creía en los grandes problemas. La larga tira de su vida siempre fue el camino recto que sus padres supieron darle, se quedó estancado en las emociones fáciles, insípidas, incoloras.

Entre los garabatos del guión y la escenografía barata se paró un tiempo a pensar en lo larga y desabrida que sonaba su obra, no optó por seguir los cuentos, la tragedia no era lo suyo, pero tampoco conocía la comedia. Había que inventar una nueva categoría.

Se sintió ínfimo en su esplendo, el insípido sentimiento de cólera no le agrada ni un poco, decidió quitarse esa emoción tan fría y volver a la mecánica de su vida. Repitió unas tantas líneas para no perder el ritmo, se sintió ajeno en su propio lugar.

Nunca conoció un clímax, el único clímax que olvidó era su vida.

Amanecer.

Facilité mis ganas para quererte por descuento
mi alma escaló mi larga cabellera
la adrenalina cautivó su inmortal encanto
otra vez
hubo mil tratos que romper
un par de caminos que atar a mi cabeza.

Le perdí el miedo a tu silueta
a tus descalzos pies acostados sobre los míos
a tus labios que le declaran guerra a los míos
a tus ojos que se aferran al color claro de mi cuerpo.
Le perdí el miedo a verte reír.

Me tragué tu indiferencia por mera casualidad
y en un cuarto de hora
no hubo lugar ni tiempo para escapar.

El frenesí de tu constante locura
el dolor de tu espalda vieja
el sueño de tus ojos cansados
la ironía de tus palabra
el sonido de tus huesos
el palpitar nulo de tu corazón.

Me tragué tu indiferencia
renací en tu dolor.

3664.

jueves, 17 de noviembre de 2011

¿En qué lugar del mundo puedo encontrarte?
¿Hasta qué punto somos capaces?

sábado, 12 de noviembre de 2011

4431.

Yo le puse mil y un nombres a tu figura
fui yo la que esperó horas en la cama
yo era la que vivió esperando
era yo la estúpida amargada.

No dudé un segundo en malgastarme
en contarte toda mi historia
desperdiciarme en ti
que siguieras el juego
el juego que no inventé para ti.

Llené el día con un par de remedios
la estúpida amargada seguía allí
quise cerrar las historias de una vez
logré cerrarte a ti... mas no a mí.

Te miro.
Me miras.
Te hablo.
Me hablas.
Te extraño.
Me extraña.

Fui todo lo que quisiste
todo lo que quisiste ver partir.

No hay siquiera un fin.

Querida Vida:

La idea corrió a cien kilómetros por hora, no me percaté del aumento de velocidad. Desapareció.

Sentada en los bancos de la memoria logré recordar aquellas situaciones que hacían de mí otro espécimen para analizar. De esas tantas extrañezas que revelaba mi alma, estaba escondido el miedo.

Contratar a la nostalgia como enemiga sin mencionarle que la tengo en mi mano disfrazada de un par de agonías. Ya me sé el cuento, un día somos y el otro día no... La costumbre de cambiar y estar todo el día en constante silencio. Me enmarco y vuelvo a salir.

Conté mil ilusiones con un millón de nombres, recibí una cantidad de golpes por no ser lo que esperaban; esa costumbre idiota de parecerse a nadie, de seguir el escándalo mediático, pero jamás creer en él. Sí, es más divertido así.

Siempre creí que la verdad es relativa, nunca confundí los aciertos para tener que caer en la duda, no hubo necesidad de caer. Vivir constantemente en la duda, es no buscar respuesta sabiendo que la hay. He perdido el tiempo en demasiadas cosas, no pierdo el tiempo en saber qué significa esto.

Cuando entendí que las respuestas no van conmigo, empecé a vivir.

La de siempre y para siempre...

LiteraturaNegra
Te seguí.
Te perdí.
Te olvidé.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Maldito capricho de quererte.

Demasiadas soluciones al problema
ninguna cura.

Maldito capricho de olvidarte.

Esto de no saber amarte.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Me desesperé al verte sonreír otra vez.
La magia no funciona para mí.
Cabe destacar que no soy la única.
Tengo mil y dos razones para sacarte de mi vida.
Ninguna me importa.
Todas opinan.

Girar en círculos.

Tres años y dos días me costó silenciarme, quedarme estática en la solución para desenvolverme en la vida misma. Me encontré con un par de situaciones abstractas, sentenciar lo poco y nada de palabra que salía de mis labios era la única manera de sentir. Imaginé de a poco tu llegada y relajé cada músculo de mi cuerpo para verte sonreír una vez más, en mis sueños obviamente no eras el pedazo de estiércol que hoy representar. Todo pasado suena mejor cuando te ríes un poco de él y de ti también.

domingo, 6 de noviembre de 2011

1549.

Me excedí hasta tal punto de auto-destruirme
saboreé tus palabras hasta el final
sin concluir terminé en tus labios.

Ir de un lado a otro interviniendo en
mi propia descoordinación
se desvanece el sonido
susurra el nítido color
ya no intervengo.

Sufrió mi cabeza al no pensar
y se lastimó con sus propias heridas.
No hay que lamentar.

Se me inundó la cabeza con frías soluciones
no hay qué solucionar.
Me enteré de todas las mentiras, de las verdades
de aquellas que oculté
de aquellas que no pronuncié.

Te vi partir como una de las tantas primaveras de mi vida.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Tresaños.

"A veces te quiero con un poco de recuerdo, a veces te necesito con un poco de mesura, a veces te extraño con un poco de extrañeza, a tiempos te amo con un poco de brutalidad"

Tú me recuerdas a todos los cambios que ha sufrido mi existencia, me recuerdas a esas cosas que he dejado de querer, que dejado de sentir a través de los días, a través de todo. Me recuerdas a la niñez que no he terminado, al sinfín de emociones que has deseado sentir a mi lado, a todos los recuerdos que no he podido dejar atrás de egoísta. Tú me recuerdas a mí.

Los dos son los días que no quiero vivir, ese número que contiene muchos más finales que bienvenidas, pero tú estás en esta última; siempre constante.

Son tres años de larga distancia, de cariños inapropiados, de sentimientos sin refugio, de llantos que no calmo, de felicidades que no puedo dejar pasar. Y de esos tres años en que el mundo sigue siendo casi lo mismo a mi alrededor...

Tú sigues siendo mi escape.

Y más que eso, sigues siendo el baúl de mis recuerdos. Por esos tres años que no comprendo, por esos tres años que viví refugiándome en la suavidad de nuestras palabras, tú mi escape y yo tu vitalidad.

Sigues siendo la mejor de mis posesiones.

martes, 1 de noviembre de 2011

Mañana es tu día espacio divino. Mañana trae consigo el recuerdo de haber empezado en ti.