sábado, 27 de octubre de 2012

Me cansas. Me cansas. Me cansas. Me alegras...

Te extraño y no haces nada.

4007.

Quiero disfrazarme de tus aguas
bendecir tu oxígeno, caer en la estancia
puedo sofocar tu sien y derretir el aire
el aire que pasa por tu venas y sin fin
logra calmarme, pero es eterna compañía
es eterno el desagüe y fría la contusión.

¿Quieres darme la bienvenida?
¿Quieres recorrer el camino del dolor?
Despide por mí la poética
no revivas por favor
es el silencio quien me mantiene herida
es tu inerte movilidad lo que me mata a diario
casi sin piedad, casi sin emoción
es el desenfoque de tu sonrisa
el delirio de tu mentalidad, y mientras yo
estoy buscándote en mis ruinas
tú te pierdes en la feminidad de otra mujer.

Quiero ser encanto de tu silueta
ser lo que fui pero por segunda vez
y ¡¿Cómo puedo pedirte de nuevo
aquella mentira que me hiciste pasar?!

He querido detestar tu cuerpo un centenar de veces
he querido disolver mi amor por ti
he querido renunciar al pedestal que lleva tu nombre
he querido dejar de amar a quien llena de agujas mis esperanzas
he querido dejar de sostenerte, de respirarte
y es que quiero por sobre todo llenarme de tu felicidad
ser feliz en tu mentalidad, vivir encantada en tus sueños.

Ya no me importa si estoy a tu lado
pero quiero ser quien siempre te quite el sueño
quiero estar allí donde tus brazos terminan
para darme un abrazo, para sentir mi cuerpo
renunciaría a mí misma si pudiese para encontrar normalidad
pero es justamente aquello lo que nunca he sido
y no quiero ser por ti.

Y ya has traído tanto dolor a mi vida
que ya no sé a quién culpar por tanta angustia
y es que quiero odiarte con todo lo que me queda
que de por cierto no es mucho
porque son los besos que le dedicas a otra persona
lo que me deja las noches sin sueño.

viernes, 26 de octubre de 2012

Mi color procedente del sol, mi piel seca y sin retocar. El mentón partido en dos, el lunar cercano a la nariz, las mil y un marcas en la piel y mi frente alta. Mi sonrisa destruida, descolorida y los dientes chuecos. Mi nariz lineal y respingada. La diferencia de tamaño de mis ojos y el color típico de ellos. Mi desarreglado, largo y fino pelo. Mi voz quebrada y mi falta de aire por no saber respirar. Y es que sí, me gusta mi naturalidad.

jueves, 25 de octubre de 2012

3762.

Nacer en tus entrañas
acomodar la locura, absorberme
tentar la elocuencia y no mentir
quedarme en las palabras, en tu sentido
se ha muerto algo, se ha perdido el destino
y no puedo encontrarte, no hay
como mirarte.

Es tiempo de precipicios
es tiempo de humanidad
sólo un poco de inocencia y
no estoy, vuelvo en la más obscura sinfonía
en el sector imaginario de tu voz
y puedo idolatrar tu cuerpo y sentir tus ojos
mirando los míos,
pero es tu silencio, es tu vaga armonía
que me pierde en tus cajones
en tus palabras malditas
y como quiero seguirte descalza
como quiero volver a oírte
pero es mi silencio el contradictorio
son mis ganas las que no se deciden.

Grita si es necesario, no hay excusas
entiéndelo, no vivo atrapada en ti
y muero en cada vida que imaginas
en cada ilusión que dibujas
es tu especialidad de encontrar ángulos
de pintar el álamo de mi desierto
lo que mantiene mi cuerpo intacto en tu ausencia
y mi mente acorralada, dispersa, imaginaria
en tus brazos, acurrucada en tu interior.

Me perdiste y me perdí por secuencia
y eres tú quien me observa con esos ojos de avestruz
y no me sientes porque no me quieres, y no me tienes
porque lo decidiste y no vuelves, porque estás allí
donde mi dolor triunfa y tú estás acá ausente
en presencia plena y derrame de soledad
cuánto quisiera mirarte sin perderme,
lo he gritado todo y tú estás allí buscando
otra piel que conservar
pero es el mundo y yo no soy el mundo
yo decidí no pertenecer.

Deja de observar mis labios cansados
déjame morir en mi abrigo de pieles
déjame llorar y sentir que control no hay
déjame matar mi alegría para sobrevivir
déjame conocer el dolor en ti.

Y busqué entre los árboles perdidos tu distancia
mi adiós que no pronuncio y tus mentiras
tu reclamo de amor y no respeto
porque en el límite de existencia dejé de existir
porque en el límite de existencia me vi morir.

Hunde tus palabras en el fondo de tu boca
no menciones mi nombre
no recurras al dolor, que soy yo quien ha decidido
sufrir por no soportarnos a los.

Quiero decirte.


No te encontré. No logré acercarme a ti otra vez, estuve deambulando entre la sociedad y tus palabras; esas palabras que decías, que sentías y que de la nada pasaron a ser mentira.

Quise acostumbrarme a tu ausencia, quise sentirme feliz porque uno de los dos estaba bien, pero no puedo. He amado la distancia y me aferro a tus mentiras, a esa demostración sin mirarme de que lo sucedido no está en su ciclo, de que te perdiste y no me encuentras... Que no quieres encontrarme.

Decidí irme dejándome en tus brazos. Estoy buscando mi pequeña armonía, el sinfín de mis filosofías, pero me absorbes a tal punto de ahogarme en lo que no soy. Porque ya no existo, me fui para buscarte, y me quedé allí en tu rechazo. Y no existo ni siquiera en tus recuerdos, aunque solías decirlo, no sé qué creer de lo que dices, no sé a qué aferrarme, pero tengo la seguridad de que seguir aferrada a ti hace que muera todos los días un poco más. Me dejaste allí sin decir nada, sin querer enfrentarme, sin decirme un poco de la verdad.

He llorado todos los días, despierto y duermo pensando en tu figura, en nuestras figuras atadas a esa sintonía de amor que nos envolvía, a ese despertar mutuo, al silencio compartido y es que yo no entiendo, no logro aterrizar en esta realidad que construiste para los dos, en este nuevo amanecer que logra aventurarte a ti en las grandes cuevas de la felicidad mientras yo, mientras yo me destruyo cada día más. No logro amortiguar tus palabras, estás en cada fragmento de mi vida y quiero quitarte, quiero quitar tu simbología de dolor y quedarme con la felicidad que hoy te envuelve. 

Muy dentro de mí sigues durmiendo en el hogar que creé para ti, ese lugar que tuviste por meses y sigues teniendo. Quiero decir con todas las ganas que te vayas, pero no lo deseo, no en el fondo. Te espero aunque no llegues de la misma manera, te espero... porque esperaría la vida completa por oírte decir qué sucedió, porque sé que aunque me hagas daño todos los días, sé que esto no es lo que eras o eres. Quiero reconocerte, pero en tu luz ya no existe el graduado de color que observaba, y no puedo obviar todo lo que dijiste, no puedo analizar cada momento, y es que te veo en todos lados, y es que apareces a cada momento.

Confié en cada una de las palabras que salió de tu boca, en cada una de las alegrías, incluso de las penas. Quiero entender todo, y cada minuto que pasa entiendo menos. Porque estoy acá confiando en cosas que ya no existen, viviendo en mi mente para no dejar de vivir y tú, tú estás allá sin recordarme, sin pensarme una sola vez. Y es que te conozco tanto que ya no sé quién eres. No te conozco, y es que quizá, no te conocí nunca. Sólo me queda la felicidad de verte sonreír sin mí.