domingo, 29 de agosto de 2010

Querida Vida:

Hace unos días cumplí otro año más de vida, ¡Qué lindo! Dirás; o sea, el día fue bonito, pero me hubiese gustado que fuese mejor. Me he preguntado toda la semana qué valgo para la gente, qué importancia tiene que esté acá, al fin y al cabo a nadie le importa, al fin y al cabo nada vale la pena.

Pero eso creía, creía que todo valía la pena, lo peor de todo es que lo sigo creyendo. ¡Qué impresionante! Como la gente llega a tu vida y te enseña que equivocarse es parte del camino, te deja botada esperando tesoros, pero nunca vuelven.

Querida Vida siempre necesité en cierta manera sentirme un poquito importante, quizás porque nunca pude hacerlo por mi cuenta, cuesta un poco... Bastante. Dicen que he logrado tanto y no logro sentirme ganadora, no logro sentirme capaz. El mundo encuentra tantas perfecciones en mí y yo sigo viéndome muy imperfecta para esta sociedad llena de competencias.

¿Sabe? Creo que he vivido lo suficiente para darme cuenta que todo es tan relativo que ya nada es verdad, es más fácil vivir en la mentira, se sufre menos pero ¿Quién dijo que yo no quería sufrir? Pues si todos quieren vivir, quieren vivir utópicamente, ¿Qué hacen aquí?

Tiene razón querida vida, yo nunca fui lo que el resto esperó, menos lo que yo esperé. Nadie esperó nada y tenemos esto, esto que no entiendo, esto que me estresa, esto que no logro concretar con mínimas palabras. ¿Quién soy?, ¿Hacia dónde tengo que llegar? Sé que formaré mi camino junto a usted, pero es aburrido esperar toda la vida para llegar a una conclusión obscura.

Querida Vida creo que ya no importa que el sol ilumine, que la noche sea fría, que entre verdades la mentira viva. A veces necesitamos un poquito de confianza y aunque me duela seguir en el mismo estado yo sé que usted hará algo para cambiarlo. Sea a dónde sea que lleguemos tenga claro que habrán momentos en que no querré saber de usted, pero eso no quiere decir que la deja de querer.

La de siempre y para siempre...
LiteraturaNegra

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