lunes, 30 de abril de 2012

En el puerto de mi alma he encontrado una entrada a la tuya.
Allá entre tus sueños habité.
Allá entre tus sueños jugué.
Allá entre tus sueños amé.
Allá entre tus sueños perdí.
Allá entre tus sueños...

Allá entre tus sueños.

Tiempo/espacio


Claro amanecer, duda incipiente
cabe la nostalgia en el hueco de tu mente
entre días periféricos, entre sonrisas maltratadas
encuentras la opción inanimada, la dulce sinfonía
el dolor incoloro, ese teorema de sufrir.

Me tienes amarrada a tu querer

a la ínfima fama de tenerme atada a ti
la humanidad que no deja ser humana
percibe, camina, toca
todo el recorrido de tu voz
la mirada pintoresca de tus ojos
el delineado sincero de tus palabras.

Hoy, entre los ayeres mal nombrados
irritas el poco y nada camino de piel que me queda
vuelves a tientas, sin sentido
y enervas la palabra maldita por mi inmadurez
nos perdemos casi por descarte
porque en la duda no cabe la noción.

Eres propio de cualquier sentido
del tacto que ya no es tacto
de la vista que ya no es vista
del olor que ya no es olor
del sabor que ya no es sabor
del sonido que ya no es sonido
y me entiendes a duras penas
y me sientes allí a lo lejos
marcando pasos
arrancando fugitivamente de nuestro adiós.

¿Cuándo será el día?
¿Cuándo será el mañana?
Ya no hay excusas
ya no hay fórmulas
y el único recuerdo que me queda
la única nostalgia propia de mi cabeza
se entretiene con el deforme sentido de mi voz
y vuelve a entretenerse con el camino que has marcado
con ese compás en mi silueta
con la perseverancia de tu tonalidad.

Ya no es hoy, ya no es mañana
podría oírte mencionar mi nombre
y no escucharte, no sentirte
a duras penas te tengo
a duras penas te pierdo.

3702.
Desacierto de naufragio
desacierto de espalda
desacierto de maldad.

4332.

Porque te tengo y no te tengo
presionado dentro de mi pecho
porque de ruinas te he marcado
te he mencionado en cada una de las letras
que conforma mi nombre
y no has de desaparecer nunca
porque en ese afán que tengo de tenerte y no tenerte
eres tan mío como mi silueta
como cada uno de mis huesos
como las yemas de mis dedos.

Pienso en tu resumen
en las puertas de tu cadera
conservo aún la figura de tu recuerdo
sin sentirte cerca vuelvo a tenerte lejos
y mientras más lejos te deseo
más logro extrañar lo poco y nada que tenemos
porque tener ya no es verbo
palabra se vació en su anatomía
te siento tan mío
como las yemas de mis dedos.

En ese pasaje de mero refugio
piso y formo de a poco cada uno de tus defectos
me conservo delante de tus errores
de tu humanidad infinita de quererlo todo
y en ese anarquismo tuyo de aferrarte a lo que utópico
encuentro todos los días una manera distinta
para explicarte que siento por ti algo más
que el sencillo vocablo amor.

domingo, 29 de abril de 2012

Mi expectativa sin razón aparente es que el cariño que solemos construir a diario sea el elemento exacto para definirnos.

viernes, 27 de abril de 2012

Tres
y
seguimos
contando.

Pausa inefable.


Te esperé más de la cuenta. Te siento en cada sensación externa que sufre mi cuerpo, empiezas mis palabras con las notas musicales de tu voz y terminas la ruta de mi silencio con la espera de tu lengua. Es tan fácil recordarte, me divierto en el circuito de tus recuerdos, esos que habitan en mi memoria, que me hablan a espalda tuya y vivo junto a ti cada situación por otro momento, por un segundo por lo menos.

Los defectos que aún mantengo y los haces tuyos como la entrada de mi cuerpo, y no comprendo si es el amor que nos tenemos o la confianza inaudita de querernos cerca, todo el tiempo, en alma pura.

De repente tengo el lujo de pensar un poco más, a distancias múltiples estás ahí mirándome, contemplando esa parte mía que no quise prestar ni por encargo, pero contigo es tan necesario que en palabras ambiguas todo llega al mismo punto. Quererte ya no es proceso.

Dejas que derrita mi simpatía y el acorde perfecto de temerte, el miedo no es encuentro y en cada situación que tengo y en que apareces recatado en mi memoria vuelvo al poder de hacerlo todo. Sentirme como nunca, apropiarme de mi nombre, ser yo en toda profundidad... respirar sin dificultad.

Disculpa si no puedo serlo todo, si en ese mar de escombros que llevo cargado no puedo simular un poco de luz. Me haces sentir propia en tu nombre y en esa dificultad de pronunciar la palabra amor entiendes cada una de mis fallas, esa inexperiencia de nunca haber tenido nada. En ese punto en que te distingo y me deleito con el sonido de tu voz encuentro el lugar perfecto para no sentirme perfecta.

miércoles, 25 de abril de 2012

Momentos en que puedo olvidarme y empezar a pensar en nosotros. Es más fácil cuando tienes la otra parte del sentimiento.

sábado, 21 de abril de 2012

Hacerme mierda el corazón se convirtió en una de mis más entretenidas manías, también en un juego con la creación del precipio. Volví, en eso no hay duda, pero no para hacer más liviana la caída... quizá en aquellas cosas perdidas encontré la razón para los por qué y los teoremas que solía crear en la cama mientras dormía.

viernes, 20 de abril de 2012

Las efemérides de tu cuerpo me recuerdan los caminos que hemos de tomar.

miércoles, 18 de abril de 2012

2339.

Te apareces por la mañana
te integras en medio de mi pecho
y ese cantar que suele cubrir tu boca
remece un par de músculos.
El deseo de encontrarte
y tu deseo de enfocar tus ojos en mi cuerpo
establecen uniones recíprocas
y me provocas
y te provoco
y volvemos a la misma historia.
Desmembrando tus palabras y el sonido que cubre
tu boca, he decidido morder tus decisiones
apropiarme de tu nombre
y en el momento justo
tenerte, entre mis brazos
perdiéndome, perdiéndote
perdiéndonos.

sábado, 14 de abril de 2012

No importó los pasos que no diste ni las miradas que no quisiste devolver. Hubiese inspirado un poco más de ternura y quizá, en ese extracto paralelo de universo que empezábamos a crear, te hubiese hecho sentir seguro en esa inseguridad de no poder vernos.

Inundada por esa exacta felicidad que provocas no me he ido ni por coincidencia ni por libertad. Inundada por todo lo que eres capaz de provocar me instauré en tu sonrisa como la mayor fuente de energía y tú...

Tú eres mi droga preferida.

Querida Vida:

Atravesé el túnel, el túnel de mi vida, ese obscuro pasadizo que empieza en mí y termina en mi otro yo. Volví a su búsqueda, no hubo salida y en esos días interminables sólo encontré otra razón para dejar de ser.

Viví soñando, era una especie de manía que solía tener mi vida y de repente me desperté acurrucada en las sábanas de mal gusto. Me desperté en ese momento en que logras darte cuenta y no sólo cuenta, sino aceptar que muchas veces lo que deseaste no era lo que querías y menos lo que necesitabas. Ahí estuve yo, mirándola un par de veces por noche, instaurándome en los pasos que solía dar y no, no me la pude con tanto recuerdo, con tantas reglas ni con tan poco sentimiento. Te perdí hace años querida vida, y en el lugar que creí poder encontrarte... Seguías igual de desaparecida.

Me diste el mejor regalo de todos, pero me acostumbré a su manera distante de ser, no lo era todo por primera vez y me dolió, mucho más de lo que debes creer y aún así no fue suficiente. Discúlpame.

No me la pude, no me la pude porque realmente nunca quise eso y sí, no sé cuántas veces mencioné que soñaba con pisar su mismo suelo, con compartir el mismo techo, pero la costumbre me pasó la cuenta y no era lo mismo, no era lo que soñé. Nosotros no somos iguales, no somos lo que construimos hace años atrás.

Y ese recuerdo incesante de que hubo vida vivía en todos, menos en mí. No pude encontrarte, no pude tocarte, no pude sentirte. Sufrí. Caí, y me seguí equivocando, me partí en dos por no encontrarme y esa desalmada soledad no pertenecía a mi nombre y usted lo sabe. No me la pude, y no importaba el tiempo, ni los días, ni las palabras.

No le he contado a nadie la historia completa, es primera vez que todos mis secretos se guardan en uno y no soy capaz de hablar, ni de tragar, ni de escribir. Hay una parte de mí que siguió siendo la misma pequeña que alcanzó a conocer, volví a mis miedos por un segundo y me consumí. Disculpe mi debilidad, pero no pude participar más.

Hay una parte de mí, la más mía quizá, que entre toda esa soledad no hizo fuerte mi cuerpo, que aprendió a volar para mantenerse firme. Sí querida vida, nunca había sido tan irreal, pero por primera vez esa irrealidad no la creé yo. Solo pasó.

La de siempre y para siempre...

LiteraturaNegra