martes, 31 de mayo de 2011

Llámese Mayo. Llámese adiós. Llámese Junio.

Apetito.

El camino que hemos elegido es lo único que recordaremos. No dejemos que un simple vuelo se convierta en miles de caídas, caer es accidente, caer es bello. Pero no tiene sentido si todo está tirado a la suerte. No hay sentido ni lugar para aquellos que ven soñar como simples interpretaciones al dormir. Mirar la vida como la única pertenencia nuestra es el regalo más grande que podemos obtener de esto. ¿Qué es esto? ¡Volar mi vida!, ¡Sentir el aire en nuestros rostros!, ¡Acariciar de a poco nuestras sonrisas!

No me dejes contemplando sola el ayer.
Ayer está hecho para dos, para tres,
para cuatro quizás. ¿Para uno? No hay
espacio para la soledad.
Muérdeme la boca y siente el derretir constante de mi mirada. La pasión revoca en lo insensible de nuestras almas. Con tanta insensibilidad no hay recuerdo, con tanta pasión nos queda la mera imaginación de que las ilusiones son solo caminos para no afrontar nuestra realidad. Yo me perdí en las imaginaciones y no te llevé a conocer mi dulce hogar. Lo cuido tanto que ni siquiera tú lo pudiste tocar.

Camino a casa.

Una ruta al sur,
unas huellas al norte.

Amaneció temprano en la ciudad
partía el tren en la madrugada
no se oían los gallos cantar.

- Se olvidaron de despertar -

Se calló la vida,
se cayó la vida.
La gente se detuvo a observar.

No hubo cabida para la sensación
pues todo era blanco, todo era carbón.
Todo se deshizo.

Llegó las dos de la tarde
y la niebla se apoderó de las bencineras.
Se detuvo un poco el tiempo o más bien
se sintió más lento
mas no había razones para salir a la calle
y transitar un poco en la soledad.

Al atardecer no hubo atardecer
las nubes dejaron todo para ellas
y la noche apareció de la nada
buscando estrellas en las calles.

Mirando a mi alrededor nació la noche
y todos se perdieron entre los preámbulos habitacionales.
El calor recorrió sus ansías
los dejó dormidos de nostalgia.

1663.
Mi nombre es libertad. Tu nombre es diversidad.

Querida Vida:

Si te miento caeríamos en lo mismo, no habría principio, no habría final. Todo sería una unión de puntos suspensivos, y aunque la espera haga más intenso el encuentro, no quiero encontrarme siempre con las mismas caras, ni las mismas cosas.

¿Qué otras mentiras necesito adherirle a mi vida? No habría sentido si es que todo fuese perfecto, si es que el sol amanece todos los días en el mismo lugar y a la misma hora. El sentido no cuadra, no en mi cuerpo, no en mi alma, no en mi atmósfera, no en mi universo.

Cuando hay momentos ciertos, prefiero la incertidumbre. Quedarme atada a la silueta diaria de creer todo perfecto no me deja sentir. Yo siento todo el tiempo o no vivo.

"Mientras caía en lo inhumano, aprendí a ser humana"

El silencio me agota, las palabras me son suficiente, las acciones ya me pesan. El dolor, el dolor se acostumbró a entenderme, pero no me sigue, no lo necesito. He de necesitar otras cosas. Y el tiempo que es tan inexacto, pero tan eterno no logra medirme a gran escala, la mente se junta con el peso de la existencia y nada contribuye a aclarecer la verdad.

¿Qué verdad? Esa que no existe, esa que debemos inventar. Y entre tanto pensar, se me acabaron las ideas. La de siempre y para siempre...

LiteraturaNegra
Sigo en espera de mí misma
no logro llegar al punto de partida.
Si es que hay punto final
no necesito frases mínimas.

Llámame vacío.

Tú. Tú. Tú.

Se hacen desiertas las visitas
las alas coloridas del ayer revolotean por ahí
caminan una y otra vez descalzas
al volar no encuentran razón para ir al sur.

Nos ahogamos en un pasar de tiempos.
Aclárame la vida, yo te aclaro el panorama
no llegamos a nada y atribuimos demasiado
¿Cuánto cariño queda?
Me cansé de contar.

Hubo instantes despiertos
maremotos de distancia y cariños mal recordados
no me interesa apropiar las miradas
ni adueñarme de lo poco que queda de mi alma
considerar otra opción como verdadera
es perder todo, incluso perdernos a nosotros.

Gritemos y no observemos más
la voz es lo único que me queda
es lo único que tienes
es lo único que obtendrás de mí.
Si susurro luego no encontraré salida para los dos.

Recuérdame y te guardaré espacio en mi memoria.

3742.
Al irme no habrán más verbos que seguir.

sábado, 28 de mayo de 2011

Diario de alguien que no soy.

Siempre creí que cuando uno empezaba una relación estaría toda la vida con esa persona. Que la felicidad se acostumbraría a los cuerpos y no éstos a ella. Creí, casi por milagro, que el daño era efímero, que se sentenciaba de las acciones, mas entendí con el tiempo que las palabras duelen más. Se suponía que siguiera independiente de todo lo que podría pasar y me aburrí. Me aburrí de encarar siempre la misma verdad, de entender ésta como la única solución del problema. Creía que el amor lo soportaba todo, incluso las distancias.


¿Quién me hará feliz si no es él?, ¿Con qué silueta dormiré en las noches si no es la suya?, ¿A qué tengo que atribuírle la falta de amor? Todo cambió y yo dejé que sucediese. No hice nada para soportar más, dejé que el amor hiciera por mí todo lo que temía, no me hice cargo y a falta de amor, falté yo y tú no dudaste, faltaste igual.


Un día simulaba alegrarme y todo parecía estar al revés. Si digo que puedo seguir igual sin ti, miento. No es lo mismo, algo que falta, algo no está, algo prefirió no seguir en mi vida y aunque siga no siento su presencia.


Pareciera que fuesen años sin él, que su cuerpo no aparece en la realidad, pero en los sueños se hace personaje principal. Hay algo que no me gusta, lo contemplo siempre, su figura se acuesta con otra y logra olvidarme. Se acabó el amor, se acabó un nosotros. Él no vuelve.

domingo, 22 de mayo de 2011

Muro de colores.

Me parece que el día se siente enfermo, las nubes tenues se agrupan con las más luminosas, las estrellas se desvían, hacen un camino un tanto enredado y la luna les sigue el curso, ese curso enardecido.

El tiempo es el mismo, las horas no avanzan, todo sigue igual. El teléfono no suena, las cosas no cambian de lugar, el retrato de la familia no me observa, observa todo lo demás. Camino despacio, figurando huellas, iluminando el andar con pequeños presagios, el tiempo se hace ínfimo y no logro concebirme como una estrella más en este universo.

Algo quería que no fuese, no en ese momento. Estaba todo alineado correctamente, no había nada que discutir, los colores llegaron y el frío desapareció. Las calles volvieron a ser calles y yo volví a nacer.

- Cuéntame un chiste y volveré a reír -

No reí más, miré fijamente a mi alrededor y la costumbre de hacer que todo tenga sentido no me dejo caer en inmensidad, todo era perplejo y yo no creía, no en ese momento. Mi nombre se escuchaba en todas las paredes de los árboles y no existía. Existir no era vivir y yo no era propia de las dos.

Acostumbrada a callar, acostumbrada a moldear las emociones para no sentirme frágil, me quebré. No había silencio, mas tampoco sonidos.

Normal, eso era, todo era normal. Mis emociones se incendiaron y el resto de mis palabras callaron, no había por qué sufrir, menos por qué sonreír. No había sentido, no había solución. Quedé yo inmersa en tanto espacio verde. Me llamó la atención y no supe más de mí.

- Después de todo, figuro siendo la misma cosa -

Anocheció. No volví más a aquél lugar. Los árboles se secaron y el frío aguardó la soledad. No había soledad, se me olvidó aquél detalle.

sábado, 21 de mayo de 2011

Esencia.

Soy víctima de tu locura extrema
de tus ojos azules
de tu mar escéptico
de tus malos hábitos.

Soy víctima de tu cuerpo extraño
de tus manos sudadas
de tu hombro deforme
de tu cintura tenue.

Soy víctima de lo que tocas
de lo que toco, de lo que miro,
de lo que miras, de lo que tienes,
de lo que tengo, de lo que como,
de lo que comes, de lo que sientes,
de lo que siento, soy víctima.

Soy víctima de lo que jamás fuimos
de ese sendero de rosas
de esas miradas fugaces
de esas películas antiguas.

Soy víctima de todo
sin haber hecho todo.

¿Quién te hizo fértil en este lugar?

Soy víctima de la sentencia de tus palabras
de los ahogos y la esencia.

¿En qué lugar del mundo tenemos que situarnos
para dejar de golpearnos y vivir haciéndonos daño?

¿A qué lugar del mundo pertenezco?

Soy víctima de tu mundo
y tú víctima del mío.

No hemos cambiado en nada
nuestro mundo sigue peleando con su interior
no hay rama suficiente, ni apego tan fuerte
todo sigue siendo igual.

No hemos cambiado nada
somos víctimas del tiempo.

4112.
Llámame luego. No me esperes aquí.

domingo, 15 de mayo de 2011

Querida Vida:

- ¿Sientes esa brisa?
- ¿Y si caminamos?
- ¿Y si no hay nada?
- Siempre hay algo.

Las luces se apagaron. El teatro cerró. Las calles están desiertas. Mi casa, lejana, no está a mi encuentro. Las horas vuelan. No, yo vuelo.

- Y no llego a ningún lugar -

Me sabe dulce el pasar del tiempo, la existencia continua y las formas ambiguas de crecer. Desperté acobijada en el recuerdo. Sí, en ese recuerdo que nunca se va.

Mañana será otro día. Mañana nunca llegó.

Me estanqué en el mismo día, en la misma palabra, en el mismo todo. No hay desórdenes, no hay lamentos, todo lo que veo es correcto. No me gusta esto.

Creo que caí. Me sometí al mismo dolor de siempre, de seguir viendo aquello que no se tiene y seguir amarrada a la misma figura distante, al mismo silencio. Me perdí entre tanta sombra.

- Siempre hay algo.

Siempre estabas tú, siempre estuve yo; siempre hubo ese algo que nos mantenía unidos. ¿Y si ése algo desaparece?, ¿Te tengo en estado de espera o consciente en otro universo?

- ¿Cuán distante podemos estar? -

Yo habité, sufrí, fui feliz en su territorio. Nadie me aseguró nada, nadie logró nada ocultando tanto. Pero seguimos mirándonos y apareciendo en cada tierra que el otro pisa. Yo he de ser aquella sombra, él es el recuerdo sí.

Aquí estoy, sembrando nuevos árboles para producir nuevas sombras en cuales acostarme. Aquí estoy, mirando horizontes, creando espacios, para ti, para el mundo, no para mí. Porque mi espacio es eso y tú no perteneces aquí.

- Mañana es otro día. Mañana nunca llegó. Hoy es simplemente hoy -

Bajo teorías simples y mis reglas definidas yo no quiero seguir acá. Querida vida llévame a otro universo donde felicidad no sean sonrisas y donde el mundo no se pierda en las cosas bonitas.

La de siempre y para siempre.

LiteraturaNegra

sábado, 14 de mayo de 2011

Es lo único que tengo.

Hubo una sola razón de por qué te amé. Tú jamás la conociste, yo la vengo descubriendo recién y en aquél acertijo nunca entendí si esa razón es la verdadera, pero es la que más me queda y peor aún, la que más cuadra.

Contar nuestra historia sería contar la mía, no porque mi vida haya girado solo en torno a ti, sino porque todos vemos distintas realidades, yo conozco la mía, yo no sé que parte de la historia conservas tú. Yo llevo conservando la mía en una caja segura, nadie entra, nadie sale, solo te mantengo.

Creo que ni me recuerdas, si me recordaras habría un mínimo de respeto, y de este último no encuentro nada. Hiciste todo para hacerme feliz -no te lo niego- pero destruiste fácilmente lo que años me costó construir. Era fácil, lindo y casi idiota.

Llenaste todo con rosas, con hadas, canciones extrañas y cursilerías comunes. Yo no amaba eso, creo que a ti tampoco.

Pero para qué andamos con cosas, me llenaste. Y difícilmente me fui de ti, en cambio, para ti fue súper simple irte de mí. Pero yo no te amaba, incluso detestaba muchas cosas de ti.

Lo más chistoso de todo esto es que me era indiferente, soportaba cosas que mi filosofía no aceptaba y dejé todas mis reglas de lado por ti. Quizás no, quizás por el cariño.

¿Por qué te amé? Porque me hiciste sentir algo que nunca había sentido. Fuiste más necesidad que otra cosa, y ¡Lo sé! es duro y casi horroroso que diga esto, pero la verdad nos consume como seres hipócritas. Por filosofía, no creo en la hipocresía. Pero te amé, por una sola razón y puede ser la más idiota de todas, pero es la más existente y es la única que me toca.

Me refugié en ti, me sentí a salvo contigo. Para varias eras totalmente distinto a todo, incluso a mi prototipo, eras nadie, eras alguien, eras nada, eras todo. Te amé, dudosamente, te amé. Sin preámbulos, sin sonrisas forzadas, sin malos entendidos, te amé -Con el tiempo llegué a detestarte, pero ese es un comentario innecesario-

Y repetiría toda la vida que te quise, por necesidad más que por cariño propio. Es tan simple y tan difícil la respuesta que no importa el camino en el que vayas llegarás igual a la cruda solución de que todo, todo lo que hiciste fue en vano, igual que lo que hice yo. Hicimos todo en vano, querernos y luego detestarnos, volar y luego aterrizar para que te dieras cuenta que no me querías, pero yo sí te quise, pero no por ti, casi por mí.

Eras todo, todo lo que nunca soñé -nunca logré entender eso- y fuera de tiempo eras todo lo que necesitaba.

Hubo una sola razón de por qué te amé. Y aunque aún no la entiendo, es la única que me queda. Si te amé en algún momento fue por la mera necesidad de querer amar algo. Yo nunca había amado y tampoco terminé amándote.

4512.

Me derretía en forma unánime
a veces saltaba en sentido contrario
caminaba despacio, apurada
concentraba dichos mas nunca palabras.

Meciéndome en la misma cuna diecisiete años
no logré contrarrestar el mal humor,
amargo mal humor y amargo olor por las mañanas
parecía alumbrar entre comillas la calma
esa calma de tu mirada.
- Maldito olor. -

Derroché acantilados de agua, me desilusioné,
caí centímetros separada de ti, me quedé,
casi inmóvil atravesando tu luz, y no despertamos.

El reloj avanza, los minutos le siguen, los segundos vuelan.
No hay cabeza ni mente, solo quedan cuerpos,
pero sin ellos.

Burlé las patéticas ganas.
¡Sí! Las burlé,
para deshacerme de ti un rato
mejor aún, toda la vida.

Distante de la soledad
cerca del abismo;
tiéntame otra vez.

- Yo sí sé como volver -