domingo, 15 de mayo de 2011

Querida Vida:

- ¿Sientes esa brisa?
- ¿Y si caminamos?
- ¿Y si no hay nada?
- Siempre hay algo.

Las luces se apagaron. El teatro cerró. Las calles están desiertas. Mi casa, lejana, no está a mi encuentro. Las horas vuelan. No, yo vuelo.

- Y no llego a ningún lugar -

Me sabe dulce el pasar del tiempo, la existencia continua y las formas ambiguas de crecer. Desperté acobijada en el recuerdo. Sí, en ese recuerdo que nunca se va.

Mañana será otro día. Mañana nunca llegó.

Me estanqué en el mismo día, en la misma palabra, en el mismo todo. No hay desórdenes, no hay lamentos, todo lo que veo es correcto. No me gusta esto.

Creo que caí. Me sometí al mismo dolor de siempre, de seguir viendo aquello que no se tiene y seguir amarrada a la misma figura distante, al mismo silencio. Me perdí entre tanta sombra.

- Siempre hay algo.

Siempre estabas tú, siempre estuve yo; siempre hubo ese algo que nos mantenía unidos. ¿Y si ése algo desaparece?, ¿Te tengo en estado de espera o consciente en otro universo?

- ¿Cuán distante podemos estar? -

Yo habité, sufrí, fui feliz en su territorio. Nadie me aseguró nada, nadie logró nada ocultando tanto. Pero seguimos mirándonos y apareciendo en cada tierra que el otro pisa. Yo he de ser aquella sombra, él es el recuerdo sí.

Aquí estoy, sembrando nuevos árboles para producir nuevas sombras en cuales acostarme. Aquí estoy, mirando horizontes, creando espacios, para ti, para el mundo, no para mí. Porque mi espacio es eso y tú no perteneces aquí.

- Mañana es otro día. Mañana nunca llegó. Hoy es simplemente hoy -

Bajo teorías simples y mis reglas definidas yo no quiero seguir acá. Querida vida llévame a otro universo donde felicidad no sean sonrisas y donde el mundo no se pierda en las cosas bonitas.

La de siempre y para siempre.

LiteraturaNegra

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