jueves, 16 de febrero de 2012

Agujas.

Es el principio de toda culpa. Aún recuerdo cuando reparé el momento y lo cambié por un perdón, no hubo qué hacer, las cosas sucedían por sí solas y mi precipitada emoción encontró lugar en las pequeñas huellas del ayer.

El hoy me parece absurdo, absurdo en la maravillosa armonía de no entender. Me interrogo al interior de mi misma y cuestiono las ideas, esas mismas que me llevaron a esto, a ser lo que soy, a esta gracia que me gusta tanto. El hoy avanza a tal velocidad que no lo alcanzo y vuelvo a ese ayer que degrada y me recuerda por qué, el hoy se va sin mí y aparece esa palabra que solo existe como aquella y no como situación. Me distancio de mí misma, de mis papeles olvidados, de esas frases que aún mantengo y esos dolores que llevo dentro, me distancio de esa emoción contraria de no poder seguirle, no poder mantener el paso firme. El hoy avanza a tal velocidad que en su hermoso espejismo me queda el recuerdo de haberlo visto.

Vuela el pensamiento, recorro los segundos en el reloj de mi cama, vuelvo a la habitación y recuerdo. Recuerdo que me falta tiempo, que en las calles no busco comprensión, que me he mantenido toda la vida en la felicidad plena y no en las perfectas sonrisas, recuerdo que en mí misma encontré el refugio para esconderme de esa fría sociedad que me contagia, que me derrite y me hace suya por un momento... sólo para despedirla luego.

Senté mi cuerpo en el sillón, si mal no recuerdo eran las cuatro de la tarde, el sol se refugiaba en las nubes que habitaban el día, la brisa cómoda que se aloja en la casa prendió una disposición en mí, después de unos tantos saludos de ésta misma caí en que este mundo que conservo tanto de alguna manera, me encierra por dentro y me construye en los límites transparentes de su territorio, y no lo paso, no lo evito, lo hago mío.

Grito, me nublo, disparo en la pupila de mi ojo izquierdo. Sigo siendo la misma después de tanto tiempo. El hoy ha venido a buscarme, lo sentencié con esas frases que siempre ocupo, no lo perseguí. Vivo sin estado de tiempo.

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