miércoles, 21 de abril de 2010

Querida Vida:

"A dónde sea que haya luz, llévame hacia allá. Hazme contemplar la única armonía que por hoy me hará brillar. No me dejes aquí tirada pensando en todo lo que ha pasado, imaginando verdades en mi cabeza. Hazme sonreír por enésima vez"

¿Cuánto tiempo? Demasiado.
Me es difícil explicarle todo lo que ha ocurrido, aunque creo que usted lo sabe con demasiado detalles y lo más probable es que usted haya observado muchas más cosas que yo.
Me extraña el tiempo, las personas... Las sonrisas irónica, el "yo siempre estaré" que nunca falta pero a la vez nunca está.

Es verdad, nunca amé, me cuesta demasiado como para poder conservar mi cuerpo al lado del otro. Me desilusioné una vez más de la misma entidad, creí demasiado cosas, me dediqué a soñar en vez de razonar. Es hermoso soñar, aterrizar en cambio no es muy agradable que digamos. No es que haya interpretado otras cosas, es que realmente no supe ver bien y usted me ha enseñado tanto y aún no aprendo a observar.
Es verdad, el amor no va con mi nombre. LiteraturaNegra no pertenece a aquella palabra que más que palabra es sentimiento, que más que sueños es aprender a vivir.
No diré "Lo di todo" porque todo es una palabra poderosa y realmente no lo di todo. Pero, si era capaz de darlo y caminé aferrada a mis sueños y no me di cuenta que atrás se habían quedado las ilusiones. Con el tiempo abrí los ojos, con el tiempo supe ver lo que entre dientes otros mencionaban.

Es difícil, es doloroso. ¡Es patético!

Sí, es patético llorar. No es que no lo merezca, porque realmente si lo merece, pero, yo no merezco llorar por aquellas cosas que pasan porque tienen que pasar. Aprendí a tragar mis lágrimas, a sonreír en la adversidad; a no encontrar razones para dejar mi cuerpo botado y no querer sostenerme de un péndulo.

Querida Vida llegó el momento que nunca quise mencionar, el que por mí jamás habría sucedido. Pero, ¿Quién detiene al gran maestro destino? Por lo menos yo no, y aunque me duela no haré nada por detener sus piedras; pues al fin y al cabo son las únicas que me enseñan.

"Nunca me vi parada en este umbral, en este túnel. Creí que amar era una facultad de la cual yo no estaba dotada, hoy, ayer, hace tiempo observé que esta facultad no discrimina y de la misma manera en que la facultad no lo hace, tampoco la melancolía"

Un adiós es un nuevo empezar para ambas. ¡Gracias! Aunque duela; por todo, por hacerme vivir a diario y sé que en algún momento entenderé sus razones que hoy no veo. Pero, con el tiempo.
Deme tiempo para no dejar que esto me gane. Deme tiempo, para ver qué es lo que hago. Pero, no me deje en el suelo aferrada al asfalto, sosténgame si es necesario; No tengo fuerzas para hacerlo por mi cuenta.

La de siempre y para siempre...

LiteraturaNegra

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