sábado, 19 de junio de 2010

Una carta al señor cielo.-

Cielo azul mi intención no es pedirle explicaciones ni amargalo por preguntas existenciales.
Hace tiempo me dije que todo lo que pasaba a mi alrededor era por que tenía que ser y hoy me pregunto si dejamos todo ser, ¿Hacia dónde llegamos?

He dejado que su brisa congele mi débil cuerpo, que su cálido recorrido desvele mi sentido común, pero, jamás he dejado que su presencia establezca un vínculo de unión conmigo, pues, quizás es un tanto idiota pensar que dos cosas tan distintas puedan unir su camino. Pero, debo decirle que la vida me ha aclarado que el problema no está en la indiferencia sino en la inmadurez de quienes quieren unir caminos.

Y me considero inmadura, bastante inmadura para seguir avanzando diciendo que todo está bien, usted me prometió que siempre iba a ser azul, pero, me olvidé de profundizar su idea; en un principio solo lo vi superficial. Ahora da lo mismo si se le ocurre ser gris, con tonos naranjos o pase por abstractos momentos. Lo realmente importante señor cielo es que no importa la fecha, la hora, el sentimiento... Usted siempre ha sido azul.

Cielo de mi vida, cielo que ilumina el día con su amigo Sol tengo unas ganas de llorar que ni el tiempo puede entenderlo y no es por pena, no es por rabia; Es que necesito saber porque la existencia es tan divina y a la vez tan absurda. En la diversidad está la belleza, le oí decir hace tiempo ya y debo decirle que en la diversidad de sus colores, de sus amigos está su belleza que contemplo a diario, que habito siempre... En el cuál necesito todos los días volar.

Señor Cielo Azul, quisiera avanzar en nuestro por qué y gritar en toda su silueta que mi interior no es azul y yo sé que usted tiene conocimiento de mi color, pero, no me lo diga aún que con el tiempo quiero descubrir lo que la gente puede callar, lo que mi corazón prefiere no hablar, lo que mi mente no quiere imaginar.

Siempre en ti...

LiteraturaNegra

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