lunes, 17 de enero de 2011

Ayer en tiempos rosados.

¿Cómo te explico?

Se averió. ¿Qué?
El sonido de tu voz.

Las libélulas sonrieron, ¿A quién?
A tu sonrisa, y me tienta.
¡Cuánto quisiera que me recordara!
Pero no hay lugar a cuál ir
pude oírle decir.

Me perdí. ¿De qué?
De tu constelación llena de asteroides
las estrellas bajaron
aún no me encuentran.
El silencio calló,
mi manía idiota por concentrarte aquí
falló a mitad de camino.
¿Hacia dónde caminas?

Te sonreí
a kilómetros de distancia
a millones de años de conocernos.
¡Sí! No te conozco.

y se me fueron todas las ganas de creer en ti.

¿De qué ganas me hablas?
De aquellas que me pertenecieron
aquellas que me soñaron
aquellas que me consolaron
aquellas, de ellas hablo.
Tú no conoces nada
tú perdiste todo.

No, disculpa...

Perder no era parte de tu vocabulario
mas del mío vivía a diario.

Sí, te perdí...

¡Qué chistoso!
Me asusta, me asusta volver
me tientas a ti y yo no sé volver a caer.

2459.

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