viernes, 22 de abril de 2011

Querida Vida:

Leer es cultura. He leído todos estos días, me he devorado un libro diario. Estoy en el éxtasis de mi vida. No hay nada normal, todo me encanta.

Recorría el mismo camino de todos los días, escuchaba Led Zeppelin y me ahogaba entre medio de la gente que pasaba a mi lado, y me ahogaba entre perros callejeros, y me ahogaba entre las luces de los postes, me ahogué escuchando Stairway to Heaven.

Hubo días nublados, soleados, acalorados, movidos, fríos, de todo un poco. El sabor que encandila la noción de tiempo no era igual al encanto que hoy siento, la verdad, incluso, es que siento que la firmeza ya no es teoría de vida sino que es un sentir propio y no quiero seguir dejando que otras personas invadan mi propiedad.

¿Sabes lo mierda que me he sentido? Es lo mismo de siempre, los mismo recuerdos, la misma infancia, la misma soledad, el mismo pasar del amor, la misma distancia. ¡Todo es exactamente lo mismo! No hay por donde respirar, yo me ahogué sintiéndome descalza, me ahogué mirándolo otra vez.

Bob Dylan es casi lo mismo, no recorro fantasías breves con él, todo es poesía. ¡Poesía lo es todo! Por lo menos para mí. No hay desiertos, ni siquiera huellas, la verdad es que todo está marchito, todo lo anterior se marchitó luego de tanta espera, luego de suplicar al de arriba. ¿Dónde queda el perdón? El perdón es teoría y yo no creo en representaciones básicas de la vida.

¿Quién quiere seguirle?, ¿Qué lugar del rock tocaré ahora?, ¿En qué universo me veré versátil para entenderlo todo y no quedarme con la mirada fugaz? Ayer era un siempre y hoy, ¡Pf! Hoy es hoy.

A través de los años no hay oportunidades rotas, solo vacías. Cambia todo, todo cambia y las miradas se van haciendo agua con el pasar del tiempo. Hallé tanto y hoy hallo otras cosas, ¿Qué es más importante?, ¡¿A quién le importa?! Si entre tanto que vemos debe haber algo que nos haga bellos.

Todo me encanta, todo me fascina. Cuando habían paréntesis y comillas rotas me estremecí con la verdad y huí de la mentira. ¡Todo me encanta, todo me fascina! ¿Necesito más después de darme cuenta que no hay felicidad sin tristeza que desee sentirla?

Por esos mañanas que amanecen temprano y esas lunas llenas que nos encantan tanto. La de siempre y para siempre...

LiteraturaNegra

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