domingo, 10 de abril de 2011

Vuelta al sol.

Millas al sur hay un trozo de cielo que alcanzar. Me caí en medio de un pozo lleno de barro, no alcancé a observarlo, a mirarle de cerca y decirle que le necesito más que nadie. Se marchitó el espacio. Pedí unir las manos, mirar intensamente los ojos caobas del mundo. Deseé jamás ser abandonada y en medio del abandono volvemos a encontrarnos. Todo empieza allí, todo termina aquí.


Olvidé. Por un segundo perdí la noción de tiempo y rebusqué medidas que lograran abstraerme y llevarme. Lejos del placebo no hay humanidades firmes y de nuevo, volvemos a encontrarnos. Sonreí.


Cambié de dirección para toparme con la misma sensación y no la vi jamás. ¿Sabes lo que significa vivir a través de todo y mantener tu vida a medida de los insípidos kilómetros? Ayer era un hoy y hoy es un nunca para ambos. Jamás llegué a ése lugar, pero todo está en su sitio. Las orquídeas seguían buscando sol.


El mundo nos llevó lejos, nos hizo sentir eternos en un acuerdo tibio lleno de gente, nos sometió a destellos azules y alcanzamos la gloria máxima. El mundo nos presentó sin grandes antecedentes, con solo prejuicios que quitar y tu mirada. Tú no eras correcto, mas tu mirada sí.

Me revuelvo en todas las sensaciones que nos mentían y nos hacía jugar al instinto, nada era real. Para nosotros sí lo éramos.


- No me abandones. -


Un extracto de sonrisa vino a saludarme un día, me miró fijamente sin nada que decir, por alguna razón no hacía más que sonreír. La miré detenidamente y comencé a llorar. Mi corazón palpitaba a 100 km/hr, sin recorrer ninguna distancia y aún así llegó a ti. Me dijiste que pájaros cantaban y que la cursilería siempre se hacía notar cuando alguien decía te quiero. ¿Cuántas veces tratamos de negarla?

El tiempo camina sin nosotros y el camino se hace silencioso. Ninguno habla, ninguno toca, solo miramos como las cosas cambian y como crecemos. La sorpresa es la mejor bienvenida y yo no necesito mejores sorpresas que tú.


¿Qué pasa si hago ínfimos los pasos, me voy de mi mundo y hago cursilerías con mis palabras?, ¿Seguiremos siendo los mismos locos atravesando la tormenta de sus casas y lo normal de su habitación?, ¿Qué pasa si llega un momento en que vernos ya no es tan placentero?, ¿Quién me hará feliz si tú no estás? Prefiero recordarte y seguir teniéndote, que nunca sentirte cerca.


Hemos resumido todo con dos letras y mi mente divaga siempre en tu pensar mientras tú das vueltas en mi arcoiris interior. Dime a dónde vamos que yo siempre te seguiré, ¿Qué mundo está habitado por nosotros? No le hemos puesto nombre a nada, las etiquetas no sirven. Si estás tú, si estoy yo... Todo es real aunque sea en nuestra imaginación.


No es cosa de parejas y la felicidad se conforma con una tomada de manos y nada, nada se compara con el silencio creado por la distancia, con las lágrimas secas por extrañar, con la felicidad de sentir siempre la misma presencia. Cuando todos se han aferrado a la teoría de dar besos es igual a amor, yo me aferré a la teoría de no mentirnos nunca, de hablarlo todo, de seguir independiente de, de aceptarnos como nunca nadie lo hizo con el otro.


Un extracto de sonrisa vino a saludarme anoche, me miró con determinación y no dijo nada nuevamente. Yo le sonreí y le seguí mirando con una sonrisa dibujada en mi rostro. Cuando supe que era tuya el miedo no existe y todo lo que habita en este mundo que creamos los dos para aquellos que sonríen gracias a la vida de otro, seguía brillando tal y cuál como lo dejaste.


El turquesa de las flores y el sonido débil de tu voz me conserva. Y todo lo que creí erróneo se hizo verdadero con solo tocarlo. Si es que no hay nadie que crea en ti, yo seré ese nadie. Si vivir es contemplar la alegría en su máxima extensión, ¿Qué estamos esperando?


Lejos del amor hay un espacio para ambos, adelante del mar hay una tierra que pisar y te veo de la misma manera que te vi en esos días en que el sol era anaranjado y no amarillo. Sigues siendo el mismo, con unos años de más, pero siempe has sido el mismo, para mí.


En estos millones de adiós y en las cartas jamás publicadas. Yo sonrío y tú sonríes a la distancia.

No hay comentarios: