lunes, 26 de noviembre de 2012

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Me gusta el olor a gasolina, los claveles y los números impares. Detesto las divisiones exactas, los caminos correctos de la matemática y los nombres extraños de las ciencias biológicas. Me gustan las sensaciones, los diferentes puntos de vista, la divergencia y lo insensato. Detesto la verdad y el absolutismo, el sol y sus astros y las convenciones sociales. Me gusta la tranquilidad y el desorden inconstante, las palabras escritas y no dichas, y la compañía. Detesto la soledad, el silencio permanente y las palabras tiradas al azar. Me gusta el arte, leer libros por montones, observar el mundo y crear otro. Detesto la formalidad, los insultos y la violencia. Me gusta la imaginación, la imperfección y el desencanto. Detesto la perfección, la cursilería y el amor en términos humanos. Me gusta la corrección, la crítica y el sentimiento por sobre todas las cosas. Detesto las generalizaciones, las razones y la redundancia. Me gustan los colores -aunque no lo crea-, las utopías y la originalidad. Detesto los días calurosos y los fríos, la inconsecuencia y el consumismo. Me gusta la sonrisa espontánea, las risas deformes, la naturalidad y el compromiso con la vida. Detesto las teorías, la lectura por obligación y parte del sistema educacional formal. Me gusta la educación bajo mi definición, la paz y la vida completa. Detesto la estructura sin bases y Dios! Como amo definir las cosas a mi manera.

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