lunes, 25 de mayo de 2009

Querida Vida:

Me es inevitable pensar en el pasado otra vez... La nostalgia come mis huesos, no me deja crecer y se deja llevar por la influencia del anochecer.

Observar como de un momento a otro todo se va y no quiere regresar... ¡Ayúdame! que necesito un poco de palabra, un poco de emoción para darme cuenta lo bien que estoy ahora como para dejarme derrumbar por cosas que simplemente pasaron.
Es tan fácil decirlo, pero, es tan difícil entenderlo.

Deseo demasiadas veces retroceder el tiempo y segundos después alego contra mi persona diciéndome que como se me pudo ocurrir tal estupidez... y me pregunto ¿Será en realidad una estupidez?, ¿Es el hecho de no aceptar que nos equivocamos o darnos una segunda oportunidad?
Porque no importa el sentido que tenga siempre cuesta ver la respuesta y usted querida vida que acompaña mis más ridículos delirios, quien observa como hago tanta idiotez junta dígame entonces... ¿Qué tengo que aprovechar de todo esto?

Contemplo todo lo que está a mi alrededor... cosas materiales, sustancias hechas de plásticos, no sé. Es extraordinario mirar las estrellas y creer que es primera vez que las ves, es tan hermoso soñar y darte cuenta que de los sueños se hace la realidad. Pero, ¡Míreme! Estoy acostada sin saber a dónde quiero ir, sin apropiarme de mi ser, estoy tan perdida que ya no sé ni lo que quiero y eso además de atormentarme me enferma, me enferma porque ni cuando fui la más tonta fui esto, este pedazo de carne tan desconcertado... Me niego a serlo.

El tiempo pasa, el tiempo corre, el tiempo... ¿Descansa? Jamás, y sigo recorriéndolo con la culpa de hace semanas atrás y estos dos últimos meses han sido lo más perdido de mí, esto de actuar sin pensar no me sirve de mucho... De nada me sirve la verdad, es tan idiota como querer ser otra persona.

¿Dónde estás querido tiempo? Que eres parte de mi ser y corres tan rápido que se me es imposible alcanzarte, que me aterra volver a toparme contigo cara a cara. Necesito un poco de ti para aclarar mis ideas, para pensar en el mañana y por sobre todo en el hoy... Y por fin dejar el ayer atrás, seguir recordándolo, pero, no vivir de él... porque no me sirve.

Querida vida ¿Cómo decirle adiós a las cosas que en mí aún se mantienen vivas?, sé que no me responderás y que no darás señales de vida, pues, para eso estás... Pero, me es suficiente con desahogar mis gélidas penas y retar en forma indirecta a mi yo contigo. ¡Ay querida vida! ¿Cuándo fue que de nuevo perdí el timón de mi barco? Te necesito demasiado, más que ayer y más que mañana, porque es ahora cuando mi mente se ahoga en los pensamientos y se divide en dos realidad. Es ahora cuando dejo de pensar, me torno un poco loca y dejo mi simple locura a un lado por un nuevo Dios que nadie sabe si en realidad vive dentro de mi... Ni siquiera usted.
Querida vida por un nuevo saludo tengo que darle término a esta carta, tengo que dejar de revolotearme con palabras para darte un descanso y darle uno a mis manos. Me es inútil adaptarme a seguir creciendo, pues, aunque es lo que más deseo me aterra por completo y usted es el pilar que elige a quien hacer caso, pero, piénselo bien... ¿Qué es lo que en realidad yo deseo? No la deseo a usted por completo, el existir también es parte de mi suceso... Por favor le pido que no me tenga miedo, no hoy, no ahora, que necesito de su consentimiento tan silencioso como el mismo silencio. No me deje sola cuando más quiero entenderme, necesito de su palabra inexistente y de sus manos que me abrazan fuerte sin abrazarme.
Por un nuevo querida vida y por el descanso que las dos merecemos... Adiós.

La de siempre y para siempre...

LiteraturaNegra.-

No hay comentarios: