miércoles, 15 de julio de 2009

2348.-

El perfume que entre sus instantes
comete el peor de los pecados.
Y llegamos al punto exacto de la manía
en donde el olor se convierte en pasión
y en toda la lujuria que no sabemos controlar.

La coherencia que se convierte en instinto
el sueño perturbado de la palabra amor
es todo el silencio que logra pronunciar
aquellos sonidos que por encanto
no logran cautivar.

Si es que fuese la típica armonía
esa música que invade cada parte de nuestros oídos
sería solo el refugio de lo que sentimos
el poder de perder todo sentido.

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