domingo, 25 de octubre de 2009

3472.-

Puedo condenarte
sentir tus labios apegados
a mi sombra,
puedo rezar mirándote
y creyendo que Dios es
solo un reflejo de lo que tememos ser.

¡Sí! Realmente puedo
sabotear mi caída
mentirte y sentirte
a cada instante, en cada momento
al lado de mi cuerpo.

Importaría si es que veo
si es que señalizo la humildad
si es que pongo énfasis a tu apellido;
importaría, pero, ¿Qué más da?

No hay comentarios: