viernes, 29 de enero de 2010

2192.-

Le di un nunca más a mi poesia
dejé mis manos temblar
y revolqué las palabras en el por qué
nunca más la metáfora quiso aparecer.

Le di un nunca más a la esperanza
y quiso creer por mí
pude haber recuperado mi cuerpo
en cambio, preferí partir.

Le di un nunca más a la locura
pero, jamás volví a encontrar coherencia
sin darme cuenta entré a un exterior
y a un alma que no sabe entrar a mi cuerpo.

Le di un nunca más a la razón
y supo responder mejor que yo.
Así hundí mi sentir
pero, no volví a ser.

Le di un nunca más al recuerdo
no quiso seguirme y me uní
el nunca más fue un siempre;
quedé sentada en mis hombros.

Le di un nunca más a mi alma
y mi corazón no quiso latir
espiritualmente no formó parte de mí,
partió, se alejó
y entre tanto lo dejé ir.

Le di un nunca más a tú cuerpo
quien jamás me dio señales de vida
y sin malos ratos ni buenos momentos
todo lo que entiendo de él
se difundió en el tiempo.

Le di un nunca más a mi vida
y ella quiso dar otra respuesta
siguió, continuó
no quiso explicaciones...

El nunca jamás vivió
y el siempre quiso permanecer parado
volando en la mirada eterna
en la sonrisa perpleja.

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