Ocupa tus manos
la imaginación concreta
no te vuelvas más allá.
¡Quédate!
El perdón es débil
las palabras sencillas
¿Para qué arrancar?
Quizás no planeemos la verdad
pero la descubriremos juntos.
¡No te rindas!
Permanece a mi lado
y dime que problemas no hay.
Tristemente el adiós se acerca
y encuentra ventas en nuestras puertas.
Déjala entrar, salúdala y luego
márchate a su lado... Tiéntala.
1590.-
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