lunes, 25 de julio de 2011

Búscame en otra vida.

Se despierta en mí la dulzura de tus labios
el eco inconfundible e imaginario de tu voz
camina descalzos tus pies atolondrados
y la marca de tu débil respiración.

Llega a mí el incendio de tus ojos
la grandeza de tu cabellera
el color miel de tu cabello
el puente disimulado que me lleva tu nariz.

La transparencia de tu locura me enerva
me tiende a un centenar de complicaciones
llego acostumbrada a sentarme en tu hombro
a dejar mi cabeza en tu pecho.

Todas las noches son lo mismo
todas las noches.

Tu precipitada armonía me lleva a conocerte
a querer descifrarte en ese mar de luces
y no está nada, todo llueve a cántaros
y te imagino lejos, tan cerca que te alcanzo.

Me llora tu ausencia
tus pies fríos ya no me tocan
se despierta en mí el deseo de encontrarte
simular haberte tenido una vez más.

Todas las noches son lo mismo
todas las noches.

Amanecí con ganas de mirarte
de entrar a esas lagunas mentales
y sentir de a poco ese calor que conlleva tu locura
esa sensación de vértigo que dejas
ese brote de energía incalculada.

Yo te sentí a través de tu ausencia
y te perdí como una más de tus historias.

1999.

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