domingo, 17 de julio de 2011

Querida Vida:

Se sintió como si me hubiesen arrebatado el alma, como si una parte de mí se hubiese alejado lejos, como si ya no estuviera. No sé dónde estoy.

Ser extraña en un universo infinito y no controlar la desgracia de no tenerme, me fui sin aviso, me fui sin saber con quién, me fui. ¡Qué perdida estaba! Era el vacío de sentir que lo que has construido de la nada le pertenece a alguien más. ¿Dónde estás?

Cambias las cosas, me siento rutinaria, casi incompleta en mi soledad. No hay principios, no hay ética, todo nos conversa como lo mismo, sigo siendo la misma piedra en mi zapato, sigo siendo la misma estela que no quiere brillar. ¿Te necesito? Hace tanto tiempo ya.

El color verde de los árboles me hace extraña, lúgubre, un tanto patética. Entre tanta armonía yo no sé existir. No quepo, no sirvo, no necesito todo esto; necesito una sola cosa y es justo lo que estoy haciendo.

¿Para qué ver tu vida a través de las mentiras, llenarte de trozos de cielo y de millones de estrellas? Si con una basta y sobra, con una podemos ser feliz. ¡Ups! Me adelanté, me caí, terminé.

La de siempre y para siempre...

LiteraturaNegra

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