domingo, 6 de noviembre de 2011

1549.

Me excedí hasta tal punto de auto-destruirme
saboreé tus palabras hasta el final
sin concluir terminé en tus labios.

Ir de un lado a otro interviniendo en
mi propia descoordinación
se desvanece el sonido
susurra el nítido color
ya no intervengo.

Sufrió mi cabeza al no pensar
y se lastimó con sus propias heridas.
No hay que lamentar.

Se me inundó la cabeza con frías soluciones
no hay qué solucionar.
Me enteré de todas las mentiras, de las verdades
de aquellas que oculté
de aquellas que no pronuncié.

Te vi partir como una de las tantas primaveras de mi vida.

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