miércoles, 11 de enero de 2012

Querida Vida:

Resucité en las frases que inventé para mí. Me pareció que el tiempo se hubo detenido por unos segundos, respiré hondo y sentí de nuevo mi pulso. Se acabó la espera.

Los recuerdos vienen hacia mí como flechas. Solía imitar imagines en mi cabeza y reflejarme con la antigua yo que sigue mostrando su imperfección en el día a día, me perdí casi por gusto... Hay algo ahí que me dice que necesito quedarme.

Me acuesto en mi memoria, necesito un poco de todos para volver. Es extraño sentir que te has ido ya cuando aún no llega el momento, todo vuela a kilómetros y suelen desaparecer, mirarme una vez e irse.

Mirar hacia el lado y darte cuenta que las imágenes y las personas rotan como los planetas alrededor del sol, y así he rotado en mi vida, girando hasta más no poder, perdiéndome en la simple complejidad interna y aún respiro por defecto. Envolverme en la población, en el universo que inventé.

Se anula mi voz y nace la mirada. Caigo en tierra firme y deslumbro la realidad que no toco. Amaneció y en los colores débiles del cielo situé las heridas que evado. Un poco más de tiempo y cambio mi suelo.

Tengo miedo y por primera vez, no me asusta admitirlo.

La de siempre y para siempre...

LiteraturaNegra

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