miércoles, 20 de junio de 2012

Vibración.

Murmuré. Pensé. Sentí. Sí, te sentí abotonando un poco mi conciencia, indagando entre la pérdida de mi interior y el holocausto. Te causé un par de heridas, no lo niego, pero te atraviesas en mí, pides resguardo y no hallo sonrisa, no hallo dónde aferrarme. Estás a mi lado, distante casi distraído y no puedo, y no puedo, y no puedo volver a ser.

Trágame y sulfura la distancia, quémame a ropa viva y no te pierdas la emoción, debes sentir como ardo, como se convierte mi corazón en humo, en una gigantesca masa de gas. Cúbreme hasta la parte más mínima de mi cuerpo, vierte el polvo en la sonrisa y si quieres volver, y si quieres volver, no es necesaria mi presencia.

¡De qué manera te pierdo!, ¡De qué manera nos perdemos!

Escúchame latir, escúchame perder. Date la vuelta y arroja el recuerdo lejos, mantén distante tu mirada, no me mires, no me toques, no me tientes de nuevo. Soy débil para ti, soy débil en cantidad. Y no me toques por casualidad, huye, escapa de mí. Quédate en el límite de mi corazón.

No me pidas perdón.

No hay comentarios: