martes, 9 de marzo de 2010

3158.-

Esperé demasiado
con frialdad en los ojos
lágrimas perdidas
caricias vacías.

¿Quién sabe cómo jugar?
Las reglas no quisieron partir
y entre tanto acierto
no hay error común.

Terminé cayendo
en la decepción colonial
en el perfume que huele mi sentir
sin aviso previo
te vi ir.

Quizás, en su tiempo lejano
no haya olvidos que temer
ni razones para no perdonar
pero, todo en un tiempo lejano
sabe olvidar.

Sin nada más que agregar
no quise verme feliz
con raciones de desilusión
me despedí.

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