martes, 30 de noviembre de 2010

5450.

Cuando más te siento menos recuerdo
haberte tenido un segundo por lo menos
aunque no hayan sonrisas ni lagunas
de lágrimas, sé que habrá un momento
tan nuestro como el propio silencio.

Arranqué mi poco y nada de dolor sin
ganas de sentir, partí de nuevo para
dejar de verte, de mirarte, encontré
nuevos soles, tu luz no me dejaba abrir
los ojos para poder mirarte.

¡Imposible! Estúpidamente inaudito
si al principio se era uno
¿Cómo terminamos siendo cuatro?

A través del tiempo y construyendo caminos
he absuelto la ideología de normas y te dejé
volar para abrir mis alas. Impaciente te vi,
locura automática, energía desastrosa.

Para que veas que no te guardo rencor.

No hay comentarios: