¿Le he dicho cuanto le temo a esa palabra? Aunque se lo diga usted lo tiene más que claro. No debo explicarle nada, ni a usted ni a la cantidad de personas que estén leyendo esto: usted sabe perfectamente de qué hablo. He pensado tanto en esto, en las poquitas horas que han pasado y no logro entenderme... Es extraño como la gente causa en ti sensaciones que quieres quitar de muy dentro, pero que en el fondo te hacen enormemente feliz.
¡Uf! Me siento tan extraña que usted se tomaría toda la vida para comprender por mí lo que se siente desvanecer tu cuerpo en mitad del otro. Es distinto a todas las estupideces que he vivido, a todas las desilusiones informales y a todas las personas que he conocido.
Querida vida por hoy no necesito más. Porque habrá un mañana quizás no tan bueno como este, pero sé que usted estará allí para mí... Como siempre.
La de siempre y para siempre...
LiteraturaNegra
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