Te esfumas, te encuentro, me largo. Estuvimos un tiempo buscándonos, fijando la mirada en las luces que alumbraban nuestros rostros, nos detuvimos en la carismática figura de tu madre, pero no pudimos llevarle el paso, querernos a los dos era suficiente. En la búsqueda encontramos un par de zapatos rotos, lágrimas quebradas por aquellas cosas perdidas y entre las sortijas y los malos entendidos, tocamos una pieza de piano y luego, luego dejamos las cosas como estaban: cambiar no era parte de nuestro objetivo.
El día estaba de nuestro lado, y el pasar del tiempo solía ser de todos. Amaneció, sin contrastes subimos al espectáculo y en un adiós fortuito logramos olvidar la sensación de no tener que vernos nunca más.
Nos esfumamos, y al final del recorrido te imaginé en mis sábanas, otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario