domingo, 29 de julio de 2012

Día.


Te esfumas, te encuentro, me largo. Estuvimos un tiempo buscándonos, fijando la mirada en las luces que alumbraban nuestros rostros, nos detuvimos en la carismática figura de tu madre, pero no pudimos llevarle el paso, querernos a los dos era suficiente. En la búsqueda encontramos un par de zapatos rotos, lágrimas quebradas por aquellas cosas perdidas y entre las sortijas y los malos entendidos, tocamos una pieza de piano y luego, luego dejamos las cosas como estaban: cambiar no era parte de nuestro objetivo.

El día estaba de nuestro lado, y el pasar del tiempo solía ser de todos. Amaneció, sin contrastes subimos al espectáculo y en un adiós fortuito logramos olvidar la sensación de no tener que vernos nunca más. 

Nos esfumamos, y al final del recorrido te imaginé en mis sábanas, otra vez.

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