jueves, 26 de julio de 2012

Seis.

A veces quisiera pasar la vida entera mirando tus ojos, buscar en silencio la explicación al cariño, y entre comillas no buscarla, vivir atada a ella sin saber de su existencia. A veces quisiera sentir el calor de tu cuerpo  en todas las armonías posibles, pero no puedo sentirlo todo porque no quedaría para después, y el después es importante sólo porque es el futuro presente. Incluso las peleas contigo son importantes. 

Aún recuerdo el día que me despedí de ti, el día en que sorteé nuestro destino a causa del mío, y no quería separar mi cuerpo de ti, no quería encontrar otro cuerpo, quería estar a tu lado todo el tiempo, que me hicieras sentir protegida y no tener que pasar por eso. Estuve 18 horas preguntándome qué hice, y aún así partí, llegué y decidí volver.

Tú eres la única persona que sabe mi real razón, y no necesito que la escuche otra, sé que tú entiendes y vives con cada uno de mis defectos, con esos secretos que no quiero contar y esas falencias e inseguridades que suelo traer. Y te quedas allí esperando respuesta de alguien que no sabe responder, pero estás allí buscando por mí, y siento que te debo tanto, no por el cariño sí, sino por ser la única persona que soporta hasta lo que yo no soporto de mí misma. 

Y no sé cuánto significas, no sirvo para medir las cosas, para poner cantidades exactas, sólo sé que hoy son seis y mañana entraremos a las décimas, a esos días que se cuentan uno por uno, pero no por maña, sino porque cada minutos que estás en mí, es un nuevo minuto para sonreír.

Tú, tú significas todo lo que yo no puedo ser, y eres a la vez, un poco de mí. Piérdete en el camino si quieres, avanza todo lo que necesites, pero hazme favor no me dejes caer, no si no es en ti. 

Tú que significas más de lo que creo, pienso y siento... Gracias por llegar, por quedarte y por seguir.

No hay comentarios: