para prevalecer tus palabras.
Tengo un tiempo inconstante,
un tiempo clavado en mi sangre.
Tengo un tiempo, una hora, un minuto
y los segundos susurran y luego no escuchan.
Tengo un tiempo, un mes, una semana
y un día que habla por sí solo y no importa.
Tengo tiempo para saludarte,
para quererte, para olvidarte.
Tengo tiempo para mirarte,
para escucharte y si es que quiero,
para probarte.
Tengo tiempo para lo necesario,
para lo que no importa
y para tus labios.
Mi tiempo, el mismo que acompaña,
el que reza por mi nombre
y el que no pierde ni gana.
367.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario