en una estrofa incompleta.
A veces me ahorco en tus miedos,
que dicen haberte esperado.
A veces me ahorco en un mar de sogas,
en una llama contemplada desde la eternidad.
A veces me ahorco en un cuello cual no es mío,
y en la perturbación de un ser desconocido.
A veces me ahorco en la soledad inmunda,
en un vidrio sin transparencia
y en la huella que cura mis heridas.
A veces me ahorco en un sueño inexistente,
en la realidad que me recuerda haberte tenido en mi mente.
A veces me ahorco en un lenguaje subliminal
y las tragedias que no dejan de pasar.
A veces me ahorco en una maratón de ideas,
de las que confunden a cualquiera.
A veces me ahorco en una tormenta,
que solo me lleva a la destrucción completa.
72.-
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