martes, 7 de abril de 2009

3422.-

La locura se come mi descenso
mi felicidad que habita en tus manos
mi tristeza que encuentra vida en el llanto
mi fortaleza que no aparece cuando la llamo.

La locura se aferra a mi entorno
y no deja tranquilo a mi fiel amigo.
Se deja iluminar por el deseo
y no busca encuentros en lo eterno.

La locura llora desconsolada
quiere encontrar sitio en mi vida
pero mis ventanas han cerrado
y abrirlas sería como tentar al diablo.

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