lunes, 27 de diciembre de 2010

Querida Vida:

"¿En presencia de qué me sentiré encerrada? Me encerré sola, en un mundo de dos. Los caminos me absorbieron en su cruda voluntad. Cuando abrí los ojos, no te vi"

Busqué en las horas perdidas un nuevo cuento infantil, no me di cuenta que el mío seguía vigente. Nunca paró de escribirse.

Detuve el tiempo con mis propias manos. Si le contestara cada pregunta cambiaría toda mi ideología. Las razones no sirven, es mejor quedarnos con el consuelo de que las cosas son porque son; las razones pesan, duelen y son demasiado aburridas como para concentrarnos en ellas.

No gastaré mi vida en descifrar pequeños pedazos de obscuridad. Las sombras va, vienen, vuelven... pero no se quedan sino para neutralizar la vida. ¡Bienvenida obscuridad! Te quiero a la misma cantidad que a la luz, pero de una manera distinta, extraña.

Querida Vida, siempre dije que hay momentos para todo; yo vivo porque vivo no más. No necesitamos más razones para desenvolvernos en palabras débiles y fuertes, ni en reclamos baratos, ni en frascos de cristal. Usted quizás me inventó, quizás usted sea solo compañía o quizás lo es todo. Da igual: Las cosas han cambiado, pero siguen siendo las mismas.

La de siempre y para siempre...

LiteraturaNegra.

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