Fragilidad es la palabra adecuada, no como título sino como filosofía. Me persigue la conciencia de verme débil todo el tiempo, de sentir acantilados de nostalgia y sonreír, sonreír y seguir sonriendo. Dijeron basta, pero no los seguí. Nunca lo hice y es el momento menos indicado para hacerlo.
Me inventé otra vez y la eternidad me acompañó, me dejó ser, me hizo feliz de una manera irreparable y el tiempo - maldito tiempo - me hizo fuego, me tradujo la melancolía y volví... A reír.
Estoy loca y no me molesta. Estoy loca y por alguna razón, siempre deseé estarlo.
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