domingo, 28 de agosto de 2011

Querida Vida:

"Nadie se iba a esfumar de su dulce agonía, en eso habíamos quedado. Tú no cumpliste tu parte del trato"

Los días de Agosto eran más que simples días, me recordaban el crecimiento, el crudo pasatiempo del hombre en ir evolucionando. Y crecí, me lo recordó el 26.

Pero el tiempo está más obscuro de lo debido, la violencia es enorme, ya nadie entiende, todos reclaman, todos hacen nada. Este es el mundo que tenemos, es el que merecemos.

Sí, lo merecemos. La impaciencia y la flojera nos hacen caer, no crecemos nunca y la evolución se va construyendo tecnológicamente y no en nuestras almas. El camino es equívoco y el dolor no lo comprendemos como dolor, todo es incierto porque hacemos lo posibles por creer en la verdad, en los suspiros débiles y en las historias de amor. Se nos olvidó el humanismo, no somos más que máquinas egoístas.

¿Quién quiere cambios así? Nadie contribuye, todos esperan. El mundo lo cambia aquellos que vuelan sobre todas las personas de pie, y a todos les cortan las alas y nadie se las inventa. Porque se nos olvidó confiar en el otro, se nos olvidó creer en nosotros.

No quisieron defender su pensamiento, yo prefiero sonreírle al mío. Así me abstengo, así crezco. Y no necesito más, la violencia que vuele, el dolor que siga haciéndome feliz, que lo extraño y lo que no debe ser siga apareciendo para poder cambiar algo, para poder hacer algo.

Para tener otra historia que contar.

Cuando el mundo decidió que era mejor tirar piedras, yo me quedé sonriendo y descifrando la paz.

"La paz no se encuentra porque realmente no la quieren, no la buscan"

La de siempre y para siempre...

LiteraturaNegra.

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