deambulé casi escondida por la magia
aprendí, entre comillas, a permanecer.
Me caí.
Acostumbrada a las piezas de piedra
a enderezarme con una pinza
platicar horas con la almohada.
Acostumbrada a la simpleza.
Me caí.
Recé un tanto por mí, un demasiado por los demás
y no, no recé.
Antes de convertirnos en la pieza musical
éramos un centímetro de humanidad.
Traté de comprender
y me caí.
Mi alma toca la gracia estelar
el pasado continuo de seguir viviendo
en aquellas imágenes, en aquellos recuerdos
en aquellos adioses.
Me di la vuelta y me fui.
Acostumbrada a reír por la simpleza de las voces
al desierto de la soledad
no pude, no quise, no vi.
Una vuelta atrás
un camino sin fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario