viernes, 16 de septiembre de 2011

El amor dura un segundo.

Besarte la vida para pasar desapercibida
lamer la espalda de tu agonía
preferirte, ante todas las cosas,
preferirte.

Entre tus defectos y la palabra indecisa de tu boca
nos topamos con la inseguridad de no vernos
casi nunca, en tiempos borrosos.

Ser simple y principal
llenarme de constelaciones en la noche
y revolvernos en la situación de tenernos
por única vez.

Enlace de quedar despiertos
de tocarnos suavemente
de palpitarnos casi por metáfora
y situarnos en la misma espera
de no vernos, de seguir esperándonos.

Te espero a la misma cantidad que tú me esperas
volteamos las rosas para convertirlas en claveles
y no pensamos nada, lo sentimos todo.

Olvidarse de tu corazón un segundo
seguirte descalza casi por impulso.
Desde que entendí que el tiempo era ciego
profundicé la palabra para sentirnos.

Te escapas por un segundo
me pierdo por un segundo.

El sabor de seguir el camino de tus labios
y enderezarme con la nostalgia de tus ojos
ya no hay camino recorrido, ni razón coherente
si quedamos los dos, entonces hay nada,
entonces hay todo.

1333.

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