lunes, 24 de mayo de 2010

"Crucé las líneas al amanecer, fui al comedor a tomar una taza de café, observe el reloj que colgaba de un piso al otro y marcaba las siete. Faltaba una hora, una hora para tanto acontecimiento, debí apurarme, en cambio, descansé un poco más. No quise pertenecer al padre tiempo, me quedé dormida en su vuelo"

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