sábado, 31 de diciembre de 2011

2237.

No, no necesito de tus rudas elocuencias
ni de tus encantos mal logrados.

Te aferraste al espacio infinito que preparé para ti
junto a las cosas que no pude ver
enterré tu memoria
aunque sigas ahí
enterré tu hermosa figura.

Lidié entre comillas con esa indiferencia que tanto amé
pero amar se contagiaba de las desilusiones
no sabía crecer, no sabía perdurar
yo no hallaba como mantenerla.

En las decisiones duras y en los momentos cálidos
imaginé nuestro mundo inundado de estrellas azules
pero no hubo caso
yo no estaba ahí
tú no estabas allí.

Para mí.

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