Sentirme en casa solo por tenerte, por apropiarme de tu nombre y contagiarme de todas las singularidades que contienes. Soy espectadora de lo que dices y creadora de lo que aún no puedes decir. Me llenas de una manera particular no comprendida aún, ni siquiera por mí.
Sigues mis luchas al pie de la letra, intervienes en mis dolores y contribuyes a mi alegría. Necesito de ti para sentirme viva.
Definir todas las palabras en un sinfín de oraciones, tener que contarlo todo sin decir mucho. Esa fidelidad de poseer aquello que nunca llevó nombre, ni siquiera el mío.
Porque tú y solo tú entendiste mi loca manera de ser y mi filosofía eterna de vida.
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