¿Hasta qué punto la fragilidad nos absorbe y nos llena como un par de marionetas?
Hasta que la vida misma hable y me encuentre en su residencia buscando un poco de comprensión, falta un minúsculo segundo para vernos otra vez y discutir sobre las mismas cosas. Me basta y me sobra su consideración de no verme cuerda en las situaciones cotidianas de la vida, pero necesito un poco de tiempo para demostrar que en esa fragilidad tan espeluznante y espontánea hay un trozo de mí buscando salida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario