He mirado al vacío por última vez
y mi cuerpo flota como si en el viento estuviese.
Mi rostro avisa placer
mientras los sueños sueñan con ellos mismos.
Mis manos pescan un libro que no conozco
y mis ojos miran como si fuese lo mejor que existe.
Mis palabras solo salen cuando me preguntan algo,
pues mi cuerpo está absoluto descanso.
Mis lágrimas no salen, de flojas,
mi enojo no lo demuestro, pues me atrofia.
Mi pena se hunde en sí sola, la dejo ser
total que sea quien quiere ser.
1637.-
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